Antes que el sol se asomara en el horizonte, la efervescencia ya se sentía en la Sala de Guardia del Complejo Penitenciario de La Joya y La Joyita.
Periodistas, camarógrafos y fotógrafos se encontraban en el lugar, pero esta vez no era a causa de reyertas o fugas, sino todo lo contrario una gran jornada cívica estaba por comenzar.
Se trataba de algo inédito en la historia electoral panameña, por primera vez en 105 años de vida republicana, el voto en las cárceles era permitido.
Alrededor de las 6:15 a.m. ya el proceso de instalación de mesas de votación había iniciado, serían 6 mesas en La Joya y 11 en La Joyita para una población penal que supera los 10 mil reclusos.
La presencia de tantos visitantes no pasó inadvertida para los reclusos de La Joya, que desde sus celdas no perdieron la oportunidad de expresar su sentir a Viva, Crítica en Línea voz.
Algunos con frases como: "Con la Chola de corazón, porque viene el indulto", otros coreaban: "Martinelli Presidente, el verdadero cambio" e incluso había quienes invitaban a mirarlos a la cara porque nunca habían mentido, eran las expresiones detrás de los barrotes que se mezclaban con silbidos, piropos a las mujeres que participaban del proceso y hasta porras a los equipos españoles Barcelona y Real Madrid.
Era la voz del detenido que además del voto deseaba expresar algo más, alegrías e inconformidades, pero al final era su sentir.
A distancia, los presos-electores y grandes protagonistas de la jornada comenzaban a llegar, acompañados de custodios policiales que para esta ocasión fueron redoblados.
La inmensa mayoría de los detenidos vestía pantalones cortos, con suéter de distintos colores, algunos con chancletas, otros con zapatillas de marcas o hasta con botas de construcción y sombreros a la 'pedrá'.
Edward Navarro, uno de los detenidos que hizo válido el derecho a voto en la mesa 5647 de La Joya, se mostró conforme con la jornada electoral, pero se quejó de la falta de agilidad en las mesas que hacía muy demorado el proceso.
Sin embargo, manifestó que lo ocurrido ayer, ya es un avance que vale la pena continuar.
Salvo ciertas irregularidades como el que muchas cédulas de identidad de los reclusos no coincidían con la lista que se mantenían en algunas mesas, la jornada transcurrió sin mayores sobresaltos.
Al finalizar el tiempo permitido a los periodistas en el penal, la jornada de votación continuaba con el ritmo normal, a lo lejos los gritos de los reclusos en una especie de despedida seguían arengado al candidato favorito, con la esperanza de que algo cambie para ellos, o tal vez no.
En La Joyita hay una población penal que supera los 10 mil reclusos.