Violencia campesina cobra víctima en Brasil

Agencias
Internacionales
La violencia de origen rural que en las últimas horas cundió en la mayoría de las ciudades brasileñas cobró ayer su primera víctima fatal, con la muerte de un labrador sin tierra, herido el martes en choques con la policía. El campesino Antonio Tavares Pereira, de 38 años, recibía tratamiento intensivo en la ciudad sureña de Curutiba, en el estado de Paraná, tras haber sido baleado en el estómago, y murió en la madrugada, informó agencias noticiosas domésticas y boletines radiales. No había aún disponible una versión oficial sobre lo ocurrido. La muerte del campesino es la secuela más reciente de una jornada violenta que se vivió en todo el país ayer, cuando el Movimiento de Trabajadores Sin Tierra (MST), que postula una reforma agraria más ágil y mayor ayuda financiera para los agricultores, decidió invadir locales públicos en hasta 18 ciudades e instalarse en ellos para presionar al gobierno. Cientos de trabajadores, con machetes y palas al hombro la mayoría, ingresaron a los locales del Consejo de Reforma Agraria en casi todo el país. Hasta ayer permanecían instalados en esas oficinas a la espera de una actitud del gobierno hacia sus demandas. En esa campaña, las ocupaciones en Curitiba degeneraron un violentos choques con la policía, y más de 100 campesinos resultaron heridos. Otros 200 fueron temporalmente detenidos. El Ministro de Justicia, José Gregori, acusó al movimiento de "desvío de conducta" y advirtió que el gobierno actuará según la ley. Esa fue una indicación de que en cualquier momento las fuerzas del orden podrían forzar la desocupación de los locales tomados por el MST, inclusive en Brasilia, la capital. Fundado a principios de la década de 1960, el MST es el movimiento social de mayor envergadura en Brasil. La ofensiva lanzada ayer es parte de una estrategia de escalamiento de la presión para obligar al gobierno a acelerar la expropiación de tierras para entregarlas a los agricultores. Según dirigentes de la organización, hay decenas de miles de familias aguardando tierras en todo Brasil. La tensión rural se vio agravada esta semana con una huelga de camioneros que amenaza con cortar los suministros de alimentos y combustibles sobre las principales ciudades. El movimiento abarca decenas de miles de camioneros. El gobierno ha procurado minimizar la gravedad del paro, pero éste empezaba a sentirse hoy en centros distribuidores de combustible y de alimentos. Algunos centros de combustibles en Río de Janeiro carecían ayer de gasolina para vehículos y algunas empresas anunciaban posible falta de alimentos agrícolas en las próximas 24 a 48 horas.
|