Coalición oficialista enfrenta crisis en Venezuela

Caracas
AP
Las rivalidades por la selección de los candidatos para las elecciones del 28 de mayo generaron divisiones en la coalición oficialista del presidente Hugo Chávez, que ha socavado su estabilidad en medio de la campaña electoral. Un grupo de dirigentes del partido izquierdista Patria para Todos (PPT) formalizó ayer el retiro del respaldo a la candidatura de Chávez en protesta por los ataques que el mandatario hizo la semana pasada contra algunos candidatos de la organización. "Es inútil que sigamos en la alianza porque así le vamos hacer un favor al presidente", dijo el gobernador de estado oriental de Anzoátegui y dirigente de PPT, Alexis Rosas, al condenar los ataques que hizo en su contra el presidente. La directiva del PPT inició ayer una reunión para evaluar el posible retiro de la coalición oficialista llamada Polo Patriótico. Aristóbulo Istúriz, dirigente del partido declaró que exigirán "respeto al presidente" para seguir en la coalición. La coalición, integrada por los partidos de izquierda Movimi V República, Patria para Todos y el Movimiento al Socialismo (MAS), se creó en 1998 para conformar la plataforma política que apoyaría a Chávez en las elecciones presidenciales de ese año. El mandatario hace frente a esta crisis política en medio de una campaña donde los sectores de oposición se han ido fortaleciendo en la mayoría de los principales estados del país. El presidente de la comisión legislativa y dirigente del Movimiento V República, Luis Miquilena, desestimó la crisis, y expresó que la organización oficialista está dispuesta negociar un acuerdo con el PPT. El analista político Ricardo Sucre dijo a la AP que la confrontación debilita al partido de gobierno y a Chávez porque se suma al proceso de desgaste de popularidad que vive el mandatario. Sucre sostuvo que Patria Para Todos, a pesar de que no tiene una maquinaria partidista grande, posee dirigentes que pueden atacar públicamente al mandatario y acelerar su desgaste político. "El presidente Chávez como candidato presidencial no requiere de apoyos, pero para poder lograr el control de la Asamblea Nacional (Congreso) necesitará de la alianza con el PPT porque allí está en situación de debilidad", señaló. Una encuesta de la empresa Datanálisis revela que Chávez detenta una intención de voto de 54%, porcentaje que lo ubica 21 puntos arriba de su más cercano contendiente el ex líder golpista y ex gobernador del rico estado petrolero del Zulia, el teniente coronel retirado Francisco Arias. El candidato opositor venezolano Francisco Arias tiene el tiempo y las estadísticas en su contra, pero asegura que derrotará al mandatario Hugo Chávez en las elecciones presidenciales del 28 de mayo. En varias encuestas Arias aparece con alrededor de 20 puntos porcentuales por debajo de Chávez, pero se dice seguro de repetir el pasaje bíblico en el que el pequeño David venció a Goliat, un gigante hasta entonces imbatible. Pero este retador, un hombre de baja estatura y de aspecto reposado, parece necesitar mucho más que una honda para derribar a Chávez, su compañero de la academia militar y de una aventura golpista que en febrero de 1992 los catapultó a la fama. Entonces, ambos eran tenientes coroneles y compartieron dos años de cárcel por el intento de golpe hasta ser indultados. Arias, de 49 años, comenzó su campaña formal esta semana en el occidental estado petrolero Zulia, del que fue gobernador hasta marzo, cuando renunció para lanzarse en pos de la presidencia con críticas a Chávez. Arias acusa al presidente de estar rodeado de colaboradores corruptos y traicionar los principios de la rebelión militar de 1992. Arias y sus colaboradores se dicen seguros de ganar. El candidato afirmó el lunes a Reuters que sólo cuatro puntos lo separan de Chávez en las encuestas. El jefe de su campaña, el coronel Jorge Garrido, fue más directo: "Estamos descontando entre uno y dos puntos diarios desde hace cierto tiempo.Esta estrategia está dando resultados, Arias tiene tendencia a subir y Chávez a bajar". La estrategia de Arias, quien fue seminarista en su adolescencia, apunta a diferenciarse de la imagen controversial de Chávez, quien cultiva su universo electoral en la rabia de ese 80 por ciento de los venezolanos sumidos en la pobreza. "Lo primero es gobernar y parar la politiquería", dijo Arias a periodistas al calificar al presidente de "charlatán". El candidato, que según recientes encuestas es el preferido de las exiguas clases media y alta del país, no tiene la aceitada organización política con la que cuenta Chávez, a quien acusa de emplear impunemente a su favor los medios de comunicación del estado. Garrido, un ex funcionario del gobierno de Chávez, dijo que Arias cuenta con los mismos asesores, analistas y estrategas que acompañaron el espectacular triunfo del actual mandatario en diciembre de 1998, cuando alcanzó el 56 por ciento de los votos. La campaña del ex gobernador se apoya en el trabajo de voluntarios y del pequeño partido de centro La Causa R. Según Garrido, hasta ahora han aprovechado los propios errores de Chávez: "su incapacidad, su mensaje angustiante". Lo mejor está por venir, prometió, mientras regresaba con Arias en un pequeño avión después de una extenuante jornada del lunes en Zulia. "Mucha gente piensa que tenemos que empezar a atacar y que la campaña debe ser más agresiva. Pero se está haciendo lo que hay que hacer", agregó. Arias con su modesta campaña y poco carisma, parece distante de Chávez, quien según analistas políticos sigue siendo una fenómeno electoral capaz de despertar las más diversas pasiones y de mover las emociones de las masas. En el poblado de El Tikuko, en una zona selvática cerca de la frontera con Colombia, Arias inició el lunes su campaña nacional ante unos 50 indígenas que lo miraban impasibles. Les habló desde un estrado frente al edificio de una misión de sacerdotes franciscanos y prometió que como presidente seguiría construyendo caminos y carreteras, así como levando asistencia a 22 poblados indígenas donde viven unas 30.000 personas. "El fue el primer gobernador que nos visitó en el Tikuko. Nos ha enviado medicamentos", dijo Ezequiel Anane, de 32 años, quien gracias a la misión logró estudiar enfermería. Arias, de hablar pausado, dijo que llevaba "un mensaje verdadero de confianza, afecto y compromiso para el país", y prometió regresar como presidente para seguir ayudando. Posteriormente, asistió a misa en la emblemática basílica de La Chiquinquirá, en Maracaibo, capital de Zulia. Poco después, desde una tarima frente al templo, se dirigió a unos 5.000 seguidores, que también esperaban la actuación de conjuntos de música regional y la presencia de actores de televisión. "Aquí no hay gente, no nos caigamos a embustes", dijo Heraclio Atencio, mientras miraba decepcionado los enormes baches en la concentración. "El ambiente está flojo", admitió. Un conocido actor y cantante animaba al público y acusó a Chávez, un nacionalista de izquierda, de pretender "amarrar" a a Venezuela con "cadenas comunistas". En Caracas, a 600 kilómetros de distancia, Chávez ante unas 50.000 personas, arremetía en un discurso de apertura de su campaña contra jerarcas de la Iglesia católica, los ricos y su ex amigo, "el traidor". Arias apareció rodeado de su familia. "Faltan 28 días para la jornada más bella y esperanzadora y llena de anhelo", dijo mientras la gente comenzaba a irse una vez silenciada la música. "No hay aquí amenazas, hay un pueblo abierto", agregó. El candidato opositor prometió que de inmediato repondrá 400.000 empleos perdidos por la incertidumbre política y económica de la que responsabiliza a Chávez. Aseguró que generará otros 600.000 puestos de trabajo para enfrentar el desempleo, uno de los mayores problemas del país junto con la alta criminalidad.
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