En vísperas del Día del Trabajador el 1 de mayo, otrora una festividad acompañada de una semana de días feriados en China, Pekín parece una ciudad fantasma debido a las cuarentenas y a los cierres de locales por la propagación del Síndrome Agudo Respiratorio Severo (SARS). Las autoridades han recortado la vacación, para desalentar viajes que contribuyan a difundir la enfermedad.
En medio de este ambiente sombrío, el presidente de China Hu Jintao exhortó a la unidad en la lucha contra el virus. "Toda la sociedad debe movilizarse conjuntamente, mantenerse unida, y actuar en unísono", dijo Hu, quien enfrenta su crisis más grave desde que asumió la presidencia en marzo.
Hay poco para celebrar en Pekín, donde el número de nuevos casos sigue aumentando. Junto con Hong Kong y las provincias de Guangdong y Shanxi, Pekín está en una lista de advertencia de la OMS sobre destinos que deben ser evitados por los viajeros. La habitualmente pujante capital china de 14 millones de habitantes parece una ciudad fantasma, con calles desiertas, comercios cerrados y restaurantes al borde de la quiebra.
Los lugares públicos también han sido cerrados por las autoridades para tratar de prevenir la propagación del SARS. Hay hospitales y edificios en cuarentena y se han construido campamentos gigantes para albergar pacientes infectados con SARS. Los viajes para salir de la ciudad también han sido restringidos y unos 10.000 habitantes de Pekín están en cuarentena. |