Jefe paramilitar anuncia que incursionarán
en zona neutral
Bogotá
AFP
El jefe de los paramilitares
colombianos, Carlos Castaño, anunció ayer lunes en una entrevista
que dirigirá "personalmente" una operación para
"sacar a la guerrilla" de las FARC de la zona neutral del sur
del país, de 42.000 km2, "cuando veamos que el proceso de paz
deje de serlo y se convierta en una especie de burla" por parte de
los rebeldes.
"Quiero aclarar que no se ha determinado la fecha (de la incursión).
Sí hemos preparado, capacitado y dotado una fuerza de choque especial
de 2.000 hombres con nuestros mejores comandantes militares y estrategas
políticos, incluso para ganarnos también a la población",
declaró Castaño desde la clandestinidad al diario bogotano
El Tiempo.
No obstante, indicó que "en la primera semana de mayo"
estará con su "estado mayor" en el selvático departamento
de Caquetá (sur), cerca del área de distensión para
"recuperar el terreno y sacar de allí" a las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas).
"Creemos que no va a ser fácil. No sé si el Ejército,
una vez estemos allá, va a presenciar como espectador una guerra
de exterminio entre guerrilla y autodefensas (paramilitares)... si el Ejército
llega, esperemos a ver contra quién dispara", dijo Castaño.
Añadió que es un "amigo del proceso de paz y de las
salidas civilizadas para este conflicto, pero de allí a aceptar situaciones
de ver a un Gobierno entregándose a las FARC y, de otro lado, a una
guerrilla burlándose del país, entonces eventualmente incursionaríamos
en la zona del 'despeje' (de tropas regulares)".
Castaño había expresado en otras ocasiones que no obstaculizaría
el esquema de pacificación con las guerrillas izquierdistas.
Según el fugitivo comandante paramilitar, 1.000 de sus hombres
ya están concentrados en "lugares fronterizos con la zona de
distensión", que comprende el municipio de San Vicente del Caguán,
en Caquetá, y otras cuatro localidades del cercano departamento de
Meta.
También admitió que su organización es la responsable
de las amenazantes llamadas telefónicas hechas "de manera selectiva"
a lugareños de San Vicente del Caguán -el escenario de las
conversaciones entre el Gobierno y las FARC- y de las pintadas y los panfletos
distribuídos en municipios cercanos hace una semana, poco antes del
reinicio de los contactos de paz.
El jefe de las derechistas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), que
habitualmente opera en el norte del país, declaró que la decisión
de trasladarse al sur también obedece a la presión que el
Ejército y la Policía ejercen sobre su grupo en el caribeño
departamento de Córdoba.
Las FARC, la guerrilla más antigua y numerosa del país,
ha condicionado el reinicio "formal" del diálogo de paz
a que el Gobierno del presidente Andrés Pastrana muestre resultados
"satisfactorios" en el combate contra los paramilitares.
El ministro de Defensa, Rodrigo Lloreda, ha dicho que se reforzará
la seguridad en los alrededores de la zona desmilitarizada para evitar la
incursión de los pistoleros de las AUC y los narcotraficantes.
Lloreda recordó la semana anterior que desde que Pastrana ordenó
el retiro de las tropas regulares de los 42.000 km2, el 7 de noviembre último,
el Ejército y la Policía establecieron un "cordón
de seguridad" alrededor de los cinco municipios de la zona neutral.

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