Un religioso de Estados Unidos fundó una asociación que propone un llamativo movimiento para ser más tolerante. Consiste en colocarse una pulsera de color violeta y desde ese momento pasar 21 días sin protestar· Eso desintoxica las malas vibras.
Pese a que cinco millones de personas no pudieron pasar la prueba, el movimiento avanza.
Es una llamativa terapia que apunta a cambiar la actitud de las personas quejosas y se puso de moda en los Estados Unidos por iniciativa de un reverendo de Kansas, que a través de la difusión de una pulsera de color violeta busca hacer a la gente más tolerante con las cosas de la realidad que le toca vivir.
"Si algo no te parece bien, cámbialo. Si no puedes, cambia tu actitud, pero no te quejes", es el lema de la iniciativa, impulsada por la organización A Complaint Free World (Un mundo libre de quejas), según publica en su edición impresa el diario Crítica de la Argentina.
Según los organizadores de la movida, ya se vendieron 5.307.935 pulseras en más de 80 países. "El programa permite que uno se vuelva consciente de su propia negatividad y lo ayuda a redirigir su mente hacia una vida más positiva y próspera", aseguran.