El Tribunal Supremo de EU analiza las detenciones prolongadas en Guantánamo y en suelo estadounidense, que se suman al debate sobre la estrategia unilateral de Washington contra el terrorismo.
El tribunal deberá determinar si los más de 600 extranjeros detenidos en la base naval de EU en Guantánamo (Cuba) y otros dos "combatientes enemigos" recluidos en Charleston tienen derecho a impugnar su detención en tribunales estadounidenses.
Los familiares de 12 kuwaitíes y dos australianos, por ejemplo, han cuestionado la legalidad de esas detenciones y consideran que los tribunales federales tienen jurisdicción sobre estos casos por tratarse de una base militar bajo control estadounidense.
Grupos defensores de los derechos humanos, que consideran que EU se ha extralimitado, señalan que los casos ante el tribunal pondrán a prueba el equilibrio de poderes, según la Constitución.
"COMBATIENTES ENEMIGOS"
El Tribunal Supremo se había mantenido al margen de la controversia mientras los casos se ventilaban en diversos tribunales de apelaciones.
Aunque la decisión podría conocerse en junio próximo, activistas de derechos humanos exigirán frente al Supremo que se respeten los derechos de quienes dicen sentirse atrapados en la "bruma de la guerra" contra el terror.
Más de 600 extranjeros de 43 países están detenidos en Guantánamo desde 2002 en calidad de "combatientes enemigos", muchos de ellos sin cargos formales o acceso a abogados o familiares.
Para grupos como la Asociación Nacional de Abogados (NLG), la lucha antiterrorista no debe servir de escudo para la violación de los derechos civiles: EU debe presentar cargos contra los detenidos -si tiene pruebas de su culpabilidad- o dejarlos en libertad.
"Guantánamo representa el ejemplo más claro de cómo el Gobierno (del presidente George W. Bush) ha sobrepasado sus poderes constitucionales desde el 11 de septiembre", dijo Heidi Boghosian, directora ejecutiva de NLG.