Si usted ha estado en las tardes de cantaderas y bailes de músicos típicos famosos, lo más seguro es que ha visto a este curioso personaje a quien cariñosamente todo el mundo llama "Francisquito".
Aunque vino al mundo con problemas de ceguera y con impedimentos en sus piernas, nada de esto ha sido obstáculo para que Francisquito se pueda valer por sus propios medios, únicamente apoyado en un bastón que se ha convertido en su compañero inseparable.
Francisquito es muy conocido en el mundo artístico por sus famosos chicles que vende siempre en los bailes, justo a un costado de las diferentes tarimas que recorre los fines de semana.
La gente lo cuida y lo respeta, al punto que como Francisco no ve, sus clientes se despachan y ellos mismos toman su vuelto de la cajeta en la que lleva su mercancía y el producto de su venta, sin traicionar la confianza de este hombre trabajador.
Vive en Cerro Silvestre de Arraiján, con una hermana que lo ha acompañado durante sus 60 años de existencia, la cual comenta que Francisquito es un hombre trabajador.