CUARTILLAS
Contraste
 
Milciades A. Ortiz Jr.
Colaborador
La iglesia de Betania estaba llena ese sábado 25 de marzo. Los presentes despedíamos al profesor Rafael "Bibi" Harris, quien fue mi compañero de estudios de periodismo en los años sesenta. Mientras el Padre Rosendo Torres realizaba la misa, por mi mente circulaban los recuerdos del amigo recién fallecido. Estaba su risa, muchas veces sarcástica. Recordaba sus salidas temperamentales, con las cuales "ponía orden" en alguna discusión entre estudiantes de Periodismo. También llegaban a mi mente las burlas que tratamos de hacerle algunos compañeros, cuando supimos que "Bibi" era un deportista de la esgrima. Eso duró poco, porque nos convenció de la importancia de "las peleas de espada" como un deporte mundial. Ya en la vida profesional nos encontramos muchas veces con Harris y supimos que seguía con su humor y buen carácter. Cuando comenzó a sufrir los embates de una cruel enfermedad, lo vimos con el mismo ánimo de siempre. Incluso hacía chistes de las momentáneas incapacidades que sufría por el alto nivel de azúcar en su cuerpo. Allá en la Escuela de Periodismo veíamos a su sobrino, y siempre le preguntábamos sobre la salud de su tío. (Al principio creía que se trataba de un hijo de Harris, porque lo quería mucho). Esa mañana a finales de marzo, con un sol calcinante afuera, los abanicos de la sencilla iglesia de Betania luchaban por refrescar el ambiente. Al terminar la misa no pude irme de inmediato. Algo me obligaba a estar cerca del cuerpo físico del amigo y colega fallecido. Por eso me senté en el parquecito frente a la iglesia, a continuar con mis recuerdos sobre "Bibi" Harris. En un momento se me acercó una persona, quien dijo que leía mis columnas, las cuales le gustaban mucho. Se identificó como Esteban Carles y entabló una rápida conversación sobre temas políticos. Poco a poco la charla fue convirtiéndose en un bálsamo para disminuir el dolor que sentía por la muerte del ex compañero de estudios de Periodismo. Estuvimos Carles y yo de acuerdo en todo. Criticó a los malos políticos, quienes no cumplen sus promesas y sólo piensan en beneficios personales. Indicó que tenía muchos estudios y años de dedicarse a la comunidad de Betania. Le sugerí que tratara de lograr un puesto de elección, y dijo que lo estaba pensando con seriedad. Estoy de acuerdo conque mucha gente honesta, deseosa de trabajar para el bien del país, es marginada del gobierno porque, primero: no quiere "mancharse" con una política "sucia". Segundo: porque no pertenece a ningún partido político. Al respecto dije a Esteban Carles que lo peor es ser "independiente" en Panamá. Luego él me habló de la gran labor que ha hecho su madre Teodolinda B. de Carles, (tía Teo), en beneficio de las niñas guías. Y me llevó a conocer a su madre, luego de mostrarme un edificio de esta organización juvenil, logrado con mucho esfuerzo por ella. Y bajo la sombra de un hermoso árbol (que calculo tiene más de cincuenta años), felicité a la "tía Teo" por su labor en pro de la juventud panameña. La puse de ejemplo y dije que escribiría sobre esto, porque merecen divulgarse las cosas buenas que hay en Panamá. Fue una mañana de contraste: el dolor de la muerte del amigo y la satisfacción de conocer gente buena, que lucha por mejorar a Panamá.
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