Los niños cantores de Filadelfia están en nuestro país, llegaron el lunes y durante su estadía en la capital, fueron alojados en las Colonias Deportivas del Club de Leones de Villa Zaíta.
Su recorrido por el país comenzó al tocar tierra, fueron llevados a las esclusas y visitaron el Canal, luego a un lugar céntrico, pero apartado del bullicio de la metropolis.
El martes, escasas horas de su arribo, los visitamos. El día de los pequeños empieza temprano.
Los pájaros cantaban mientras se disipaba la niebla y los chicos se preparaban para el día que estaba por venir.
La prometida visita a las aldeas Nögbe Buglé, en el Chagres, les emocionaba, pero antes era imprescindible un merecido baño en las regaderas comunales de la colonia, para luego desayunar en el área del comedor.
Cada uno cargaba una pesada mochila que colocaban a lado de la mesa. Algunos leían un libro, mientras esperaban la comida.
Eran muchos los que entre caminatas y conversaciones afinaban sus voces o tarareaban una canción. Antes de probar bocado, el coro se unió para entonar una rítmica selección musical.
Eran muchos lo que después de la comida querían disfrutar de las canchas de fútbol, básquet o la llamativa piscina, pero el día se hacia corto y tenían que abordar los buses que los llevarían a su próxima aventura.