El secretario de Defensa de FENASEP, Horacio Rodríguez, en artículo publicado recientemente, mencionó dos casos en que la Junta de Apelación y Conciliación de Carrera Administrativa falló a favor de trabajadores despedidos de los Ministerio de Educación y Relaciones Exteriores, "pero sus autoridades no le paran bola y los funcionarios siguen desacreditados y lo que es peor, destituidos".
Situaciones como la denunciada por el dirigente de FENASEP se están repitiendo en otros ministerios a medida que la Junta emita sus fallos, y se culpa a los ministros por no acatarlos. Sin embargo, y hacia allá está dirigida esta reflexión, muchas veces no son los ministros los responsables de estas fallas administrativas, sino mandos medios como es el caso de las Asesorías Legales de algunas instituciones, que se convierten en nudos gordianos que equivocan su rol y asumen posturas intransigentes afectando la imagen institucional, de sus superiores y de Órgano Ejecutivo como un todo.
En algunos de esos estamentos, saturados de abogados, estudiantes, tinterillos y pasantes con indudable influencia, esgrimiendo cualquier pretexto, se está incurriendo en tácticas dilatorias que impiden que se haga justicia a trabajadores capaces destituidos injustamente o por mera politiquería. Allí duermen el suelo eterno fallos de la Junta de Apelación y Conciliación, lo cual profundiza la incertidumbre de los afectados y lo que es peor, da pie a que se incuben protestas callejeras y manifestaciones populares con secuelas lamentables.
Revivir la Carrera Administrativa es un legado del presidente Torrijos a miles de servidores públicos, luego que fuera injusta e inexplicablemente soterrada por la administración Moscoso. Pero lastimosamente, ese logro que llena de esperanzas a miles de panameños se está resquebrajando en el camino de su implementación efectiva, gracias a la miopía de funcionarios enquistados en Asesorías Legales que anquilosan la administración pública estrangulándola y convirtiendo el apostolado del Derecho en un aliado sordo, mudo, ciego e insensible, donde el debido proceso es un mito.
Señor Presidente: ¡muchos detractores de su administración están dentro..!