La llama olímpica que llegó ayer a Buenos Aires, su segunda escala americana tras el recorrido efectuado en la ciudad estadounidense de San Francisco, fue guardada en un lugar secreto hasta el viernes, cuando encabece una marcha en la capital argentina.
No habrá acto alguno cuando la llama de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 llegue al aeropuerto de Ezeiza.