El escenario en los poblados de Bella Esperanza, La Cascada, Cuatro Torres, en las áreas revertidas del distrito de Arraiján, es conmovedor.
Las viviendas en su mayoría están en condiciones paupérrimas y con improvisadas edificaciones de madera y zinc. Muchas de estas estructuras están a punto de colapsar por la topografía irregular de las áreas invadidas, pendientes sumamente peligrosas.
ÁREA DE RIESGO
Mediante un informe técnico del Sistema Nacional de Protección Civil (SINAPROC), se determinó que el área es catalogada de riesgo. Antes de ocurrir una situación lamentable por las malas condiciones de los terrenos, la institución de seguridad pública recomendó la reubicación, o como última alternativa el desalojo de varias de las viviendas.
Las comunidades, que se sienten abandonadas a su suerte, desde hace más de una década, carecen de un servicio de agua potable óptimo para abastecerse. El Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (IDAAN), como única alternativa, por la falta de sistema de acueducto óptimo, les suple el vital líquido con el paliativo de los carros cisternas.
Ciertos sectores cuentan con el fluido eléctrico, el resto, un 90%, carece del servicio, sumado a las calles que son de tierra. Algunas son sólo caminos o senderos intransitables, sobre todo, para la época de estación lluviosa.
En los poblados se suma la insalubridad, por la falta de una recolección de la basura. Las letrinas que se han habilitado para satisfacer sus necesidades fisiológicas han contaminado las aguas de los riachuelos y manantiales, de donde muchos se abastecían cuando se les agotaba la escasa agua que le suministraban los carros cisternas.
Sumado a esto, el transporte de la ruta interna es irregular. Siempre, por lo general, los autobuses llevan una gran cantidad de personas paradas, por la falta de un servicio más acorde con la gran demanda.
Las quebradas y manantiales han sido contaminados con la cantidad de letrinas que se han construido. Todo ese residuo de excretas se filtra por las corrientes subterráneas de aguas hasta desembocar a las afluentes.
NECESIDADES APREMIANTES
Para iluminarse en horas de la noche tienen que encender mechones o velas, en una comunidad ubicada tan sólo a 25 minutos de la ciudad capital; es inconcebible que residan en esas condiciones paupérrimas por la carencia de los servicios públicos.
El Ministerio de Vivienda (MIVI) ha realizado censos de población para evaluar a cada familia, pero han sido solamente falsas expectativas; les prometen que les legalizarán las tierras, pero tampoco les han parcelado los lotes, como primer inicio del proceso.
TITULACION
El gobierno presidido por el actual mandatario Martín Torrijos, prometió una solución definitiva a la problemática, al igual que las autoridades locales, muchos se comprometieron en solucionarles la problemática, paradójicamente, sólo han sido promesas incumplidas.
El director del Ministerio de Vivienda (MIVI), de Arraiján, Félix Lorenzo, reconoció que heredaron de la administración del gobierno pasado un grave problema social, como es el caso de la invasión de Bella Esperanza.
La institución ha realizado varios censos de población, sin embargo, mientras que no reciba órdenes directas del despacho superior de la ministra Balbina Herrera para atender el caso, no se toma atribución de levantar los expedientes de cada familia precarista.
Agregó que la administración pasada avaló la invasión, los precaristas ocuparon las tierras de forma desordenada, y ahora existe un grave problema social heredado por el actual gobierno.