El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, al lado de su esposa Laura, se arrodilló y rezó ayer en la Basílica de San Pedro ante los restos mortales del Papa Juan Pablo II. Llegó acompañado de su padre, el ex presidente George Bush, y del ex mandatario Bill Clinton. En tanto, la gran cantidad de fieles soportan hasta 15 horas para ver por última vez al Sumo Pontífice. Las filas se extienden hasta un largo de cinco kilómetros.