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Aunque muchos enfermos de artritis responden al dolor en las articulaciones simplemente volviéndose menos activos, los estudios realizados muestran con consistencia que lo opuesto es de hecho mejor.
El ejercicio regular mantiene o incluso mejora la movilidad de las articulaciones, refuerza los grandes grupos musculares que soportan las articulaciones y mejora la habilidad de llevar a cabo actividades diarias. El ejercicio acuático suministra estos beneficios dentro del agua, que es un medio cálido, que absorbe los impactos.
El Colegio Americano de Reumatología hizo públicas en 1995 las pautas de tratamiento para los pacientes de osteoartritis. Incluyen las recomendaciones de realizar ejercicios acuáticos. En especial, dicen que se debe aconsejar a todos los pacientes con osteoartritis de la rodilla que usen hidroterapia.
Sus conclusiones provienen de un número de estudios sobre el ejercicio, incluyendo uno de 120 pacientes con artritis reumatoide o osteoartritis que participaron en sesiones de ejercicio de una hora, tres veces por semana, durante 12 semanas.
Se dividió a los pacientes en tres grupos. Uno, el grupo de control, sólo realizó ejercicios no aeróbicos de estiramiento. El segundo hizo ejercicios de estiramiento y paseo aeróbico, y el tercero realizó ejercicios de estiramiento y aeróbicos en una piscina.
Después de 12 semanas, los dos grupos que habían realizado ejercicio aeróbico habían mejorado mucho más que el grupo de control de diferentes maneras: su capacidad aeróbica aumentó en un 20 por ciento, podían caminar 50 pies más rápido, eran más activos físicamente y sufrían menos ansiedad y depresión.
En ciertos respectos, los que habían llevado a cabo ejercicios en la piscina mejoraron más que incluso los paseantes - tenían menos problemas con las articulaciones, menos agarrotamiento de músculos por las mañanas, y más fuerza de agarre.
Cuando concluyó el estudio, la mayoría de los participantes continuaron con su programa de ejercicio, y las ganancias que habían logrado en el estudio continuaron aumentando. Los resultados del estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Missouri, se publicaron en el número de noviembre de 1989 de la revista "Arthritis and Rheumatism".
La Fundación para la Artritis recomienda mucho el ejercicio acuático y ofrece clases de ejercicios acuáticos en conjunto con muchos gimnasios locales (YMCA) en todo Estados Unidos. Los instructores son entrenados por la fundación para trabajar específicamente con gente con artritis.
Las siguiente recomendaciones pueden mejorar las posibilidades para que la hidroterapia sea útil. Muchas también sirven para ejercicios no acuáticos:
Antes de realizar ejercicio, dé un masaje a las zonas doloridas o agarrotadas, o aplique calor. Esto hará que las articulaciones y los músculos se relajen y sirve para aliviar el dolor. Pruebe a darse una ducha templada (no caliente), o deje la articulación afectada en remojo en una bañera o colóquese una compresa caliente. El calor debe sentirse cómodo y relajante, no ardiendo, y debe aplicarse por unos 20 minutos. Para algunas personas, el frío alivia mejor el dolor y la hinchazón.
Si el frío funciona en su caso, pruebe a ponerse una bolsa de hielo cubierta con una toalla (o incluso una bolsa de verduras pequeñas congeladas, ya que pueden rodear la articulación mejor ) en el área afectada en períodos de 10 a 15 minutos.
Haga ejercicios de calentamiento. Realice ejercicios suaves de fortalecimiento y de estiramiento antes de su rutina para darle a las articulaciones tiempo para relajarse.
Después comience con una actividad de calentamiento, como caminar o nadar, a un ritmo lento que incrementará gradualmente.
LLEVE ROPA COMODA
La ropa ancha facilita el movimiento. Si su artritis le hace difícil ponerse o quitarse un bañador, considere ponerse uno ancho de una talla mayor. Incluso puede llevar pantalones cortos y una camiseta en la piscina; asegúrese con el instructor que está permitido.
Tenga cuidado de no resbalarse. Los suelos de los vestuarios y de la superficie exterior de la piscina suelen estar húmedos y ser resbaladizos. Lleve zapatos acuáticos para tener mejor tracción.
Compruebe que el agua esté cálida. La temperatura de la piscina debe estar entre los 20 a 30 grados centígrados para los programas para la artritis.
El agua más caliente no es buena para el corazón o la circulación, y el agua más fría puede aumentar el dolor de la artritis. Evite las escaleras.
Muchas piscinas tienen escalones que pueden usarse para meterse en el agua, que son mejores para las articulaciones con artritis que las escaleras de piscinas normales.
Haga ejercicio de enfriamiento. Después de su programa, camine o nade, luego estírese como hizo durante el calentamiento, de 5 a 10 minutos. No ignore dolores agudos. Un dolor agudo o más dolor del normal, es una señal de que algo va mal. Deje de hacer ejercicio si siente dolores fuertes.
En los días en los que tenga más dolor o las articulaciones hinchadas, reduzca la cantidad de ejercicio.
Sin embargo, es normal durante las primeras semanas de un nuevo programa de ejercicios, notar que el corazón le late más rápido, respira más rápido y los músculos están tensos cuando hace ejercicios. Es posible que incluso se sienta más cansado por la noche (pero se despierte por la mañana refrescado).
Estas son reacciones normales al ejercicio que significan que su cuerpo se está adaptando a un nuevo estilo de vida más activo, se está poniendo en forma.
Sin embargo, si siente síntomas similares a los de un ataque al corazón, que pueden incluir tensión en el pecho, falta grave de aire, mareos, desmayos o náuseas, deje de hacer ejercicio y pida ayuda médica. |
