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¡Oye, sabías que Margarita la hija de Juana se salió con un domingo siete?... ¡No puede ser!, ¿Y de quién es?... Estos rumores son muy frecuentes en las esquinas de nuestro país.
Y es que muchos se refieren en este término, para describir la "mala cabeza" de las niñas cuando salen embarazadas, pero no es así; ya que el cuento español del Domingo siete no tienen nada que ver con el mismo...
Los tan conocidos domingos siete se hacen cada vez más presente en nuestro país; ya no valen los consejos de los padres ni profesores, cada cual desea vivir su propia experiencia.
Natasha, una madre adolescente de 17 años, comentó en forma pensativa que al comenzar sus relaciones sexuales, cuando sólo tenía 14 años, nunca pensó en quedar embarazada.
Recuerda que cada vez que su experimentada abuela mencionaba en forma jocosa: "Ten cuida’o con un domingo siete, que aquí los ocho ya estamos completos", ella se moría de risa; creía que eso le pasaría a otras pero nunca a ella.
LA HISTORIA
El domingo siete es un famoso cuento que narra la historia de un hombre que va al bosque y por casualidad terminó la canción de las brujas, por tal razón le regalaron mucho oro y le quitaron la joroba.
Luego el amigo llega a aquel lugar pensando que le pasaría lo mismo; escuchó a las brujas cantando lunes y martes y miércoles tres; el amigo siguió con jueves, y viernes y sábado seis; y por andar de vivo quiso terminar con domingo siete, y las brujas casi lo matan por dañar su canción y le pegaron la joroba del otro. Aunque para muchas jóvenes el papel de brujas, lo desempeñan las tristes madres que no paran de sufrir, al ver truncado el futuro de sus nenas.
Según el Licenciado Ramón Hernández, encargado de Promoción y defensa en la Asociación para Planeamiento Familiar (APLAFA), muchas niñas no tienen relaciones sexuales con el objeto de procrear. En algunos casos acceden al coito porque no quieren ser rechazadas por su pareja o también por ser igual que sus amigas, como mencionaba el cuento, al igual terminan con una joroba, pero en la barriga.
Por su parte la enfermera del Hospital del Niño, Vanessa Díaz, afirmó que el mundo ha cambiado de manera radical. Y no es posible dar marcha atrás.
Consideró que tanto mujeres como varones, hacen el amor a edades cada vez más tempranas. "Son estos adolescentes los que describen el coito como, ir en busca de esa totalidad que se realiza en la unión entre dos, mutua absorción en un goce presentido y vivido sin palabras que puedan explicarlo ni justificarlo.
No es para nadie más que para los dos, y permanece como una vivencia única y absolutamente personal, pero esta experiencia innombrable, no se halla exenta de riesgos, que son más complejos, cuanto menos edad posee la pareja amorosa".
SEXO COMO JUEGO
La Psicóloga, Marianela Pineda, aseguró que los adolescentes aunque reconocen el riesgo del embarazo al que se exponen, no disponen de las medidas preventivas; ya que para algunos usar los métodos anticonceptivos supone reconocer su deseo sexual y abandonar su imagen de infantil inocencia.
Sin embargo Natasha afirmó, que durante varios años corrió con la suerte de no quedar embarazada, por lo que no trato de buscar ayuda. Al confirmar su domingo siete, ya era tarde, muchas cosas pasaron por su mente: desde abortar hasta matarse, sólo sabia que sus padres la ahorcarían, ya que ella fue señorita, "hasta que se le comprobó lo contrario".
EL RECHAZO
La enfermera Vanessa Díaz declaró que las jóvenes madres se reprochan a diario su error, pensando muchas veces ¿Cómo sería su vida si pudiesen retroceder el tiempo?, pero sin olvidar que ya no se puede volver atrás sino tratar de seguir sin cometer los mismos errores.
Por su parte, Hernández explicó que los problemas continúan, papá y mamá no los olvidan, sino les recuerdan a diario; al mismo tiempo, en los colegios no las expulsan, pero sí las motivan a abandonarlos.
Es por ello que las niñas al percibir el rechazo comienzan a repudiarse y culparse, mostrando así una actitud negativa hacia el nuevo ser que llegará; sin embargo nos menciona la joven que encontró en su hijo una razón para no dejarse abatir y graduarse siendo la mejor y ayudar a muchas niñas que piensan que nunca les pasará.
Es urgente que esta difícil experiencia de tantas jóvenes embarazadas sirva, no para condenar, sino para ayudarlas a comprender la trascendencia de sus actos en la vida y a los padres reconocer que cualquiera de sus niñas puede ser la próxima víctima del "domingo siete". |
