Clinton responsabiliza a Milosevic
con suerte de soldados capturados
Washington
AP
El presidente Bill Clinton
dijo ayer que los Estados Unidos considerarán personalmente responsable
al yugoslavo Slobodan Milosevic de la seguridad de los tres soldados del
ejército capturados ayer cerca de la frontera macedonio-yugoslava.
``No había razón alguna para que los tomaran prisioneros'',
dijo Clinton en un discurso en la base de la armada en Norfolk, estado de
Virginia. ``No hay razón alguna para que sean retenidos y ciertamente
no hay razón alguna para que sean enjuiciados''.
Poco antes del discurso de Clinton, la televisión yugoslava,
controlada por el estado, anunció que los tres soldados serían
enjuiciados mañana por un tribunal de guerra.
``El presidente Milosevic no debe equivocarse: los Estados Unidos no
abandonan a los suyos'', dijo Clinton en palabras recibidas con un aplauso.
``A él y a su gobierno los consideramos responsables por la seguridad
y el bienestar'' de los cautivos.
Clinton prometió continuar a presión militar sobre Yugoslavia,
pese a los peligros que tal presión entraña.
``La misión que he pedido a nuestras fuerzas armadas que realicen
con nuestros aliados de la OTAN es peligrosa'', dijo Clinton. ``Continuaremos
desarrollando nuestra misión con determinación y resolución''.
En rueda de prensa previa al discurso de Clinton, el secretario de Defensa
William Cohen dijo que no estaba claro aún cómo ocurrió
que los soldados cayeron en manos serbias. A la pregunta de si eran prisioneros
de guerra, Cohen dijo que ``su situación es de detenidos ilícitamente''.
``Haremos todo lo que esté en nuestro poder para asegurar su
regreso a salvo'', dijo Cohen.
Los tres soldados informaron por radio haber sido atacados antes de
que el contacto radial se perdiese y el grupo desapareciese durante varias
horas.
La noticia de la corte marcial fue divulgada hoy por la agencia estatal
Tanjug y los Estados Unidos reaccionaron con indignación. Cualquier
tipo de tribunal de guerra ``será una violación del derecho
internacional'', dijo el vocero del Departamento de Estado James P. Rubin.
``Un juicio de esa naturaleza es obviamente ridículo''.
Funcionarios de defensa identificaron a los cautivos como el sargento
Andrew A. Ramírez y el especialista Steven M. Gonzales, ambos de
24 años, y el sargento Christopher J. Stone, de 25.
Según los registros, Ramírez es oriundo de Los Angeles,
California; Gonzales de Huntsville, Texas; y Stone del estado de Michigan.
Previamente, el capitán John Clearwater, vocero de la primera
división de infantería del ejército estadounidense
emplazada en Wurzburgo, Alemania, confirmó que los tres soldados
pertenecen a su división.
``La gran noticia es el hecho que estos soldados están ... bien,
parecen estar en buen estado de salud'', dijo Clearwater a The Associated
Press en una entrevista telefónica desde su base.
El vocero indicó que no tenía información sobre
las circunstancias de su captura. La TV serbia los había mostrado
usando uniformes de fajina, y por lo menos uno de ellos con aparentes hematomas
en la cara.
Aun antes del reconocimiento oficial de la captura de los tres soldados,
el vocero de la OTAN Jamie Shea dijo en rueda de prensa en Bruselas que
formaban parte de una misión de mantenimiento de la paz en Macedonia,
y no constituían ``absolutamente ninguna amenaza para Yugoslavia''.
Los soldados realizaban una misión de reconocimiento en el área
de Kumanovo, a unos 5 kilómetros de la frontera sur de Yugoslavia,
cuando dijeron por radio que ``recibieron disparos de armas de pequeño
calibre y dijeron que estaban rodeados'', según la OTAN.
Fuentes del Pentágono dijeron que se entendía que los
soldados se vieron rodeados por tropas del ejército serbio, fuerzas
paramilitares o policías, o incluso por civiles.
Pese a una amplia operación de búsqueda no pudo hallarse
el vehículo Humvee en que los tres soldados viajaban por un camino
usado por civiles, como parte de las unidades del ejército que vigilaban
la frontera macedonio-yugoslava durante los bombardeos de la OTAN.
El equipo de reconocimiento formaba parte de una operación de
la ONU para mantenimiento de la paz en Macedonia. La fuerza, de unos 1.200
efectivos, permaneció en la región luego que el 24 de marzo
la OTAN comenzó sus bombardeos, en carácter de fuerza protectora.

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