-¿Quién mató a Cristo?
-Yo lo crucifiqué,
yo y los jefes judíos
-dijo el sumo sacerdote.
-¿Quién lo entregó, de los doce,
con un beso en la mejilla?
-Yo -dijo Judas Iscariote-,
por treinta monedas de plata.
-¿Quién se lavó las manos
en señal de inocencia?
-Yo -dijo Pilato,
con la conciencia remordida.
-¿Quién negó al Maestro,
que lo miró de frente?
-Yo -dijo Pedro,
llorando amargamente.
-¿Quién le llevó el madero
a la cima del Calvario?
-Yo, Simón el cireneo,
para aliviar su tormento.
-¿Quién de los de cerca
lo miró sufrir?
-Yo -dijo Juan, a quien amaba-,
yo lo vi morir.
-¿Quién al lado suyo
le imploró clemencia?
-El ladrón arrepentido,
humillado en su presencia.
-¿Quién dijo aterrado:
«¡Éste era el Hijo de Dios!»?
-El centurión romano,
cuando la tierra tembló.
-¿Quién limpió su sangre
de color carmesí?
-Yo -dijo la madre-,
yo la recogí.
-¿Quién ungió su cuerpo
para la sepultura?
-Yo -dijo Nicodemo-,
con áloe y con mirra.
-¿Quién llevó las nuevas
de su resurrección?
-María Magdalena.
¡Había visto al Señor!
-¿Quién lo vio ascender
en las nubes hacia el cielo?
-Cada apóstol de los once,
a quienes comisionó.
-¿Quién mató a Cristo?
-Yo, yo lo maté
con mi culpa y mi pecado.
-¡Señor, perdóname!