-"¡Papá, papá! ¿Cuando vamos a ir al cine? ¿O al parque? ¿O al Decameron? ¿O al Summit? ¿O a algún lugar por el amor de Dios?", preguntan los chiquillos.
-"No hay tiempo pa eso", contesta el aburrido padre. "Para qué les compré un playstation?"
Todo el día en casa sin jugar con nadie. Así la pasan cientos de niños que pertenecen a hogares insípidos, donde el amor carece de sabor.
Son niños con gran dolor interno y con muchas energías para saltar y gritar a campo abierto con papá y mamá, pero como nadie le presta atención oculta su tristeza.
En este país existen muchos muchachitos en esta situación. Las cifras de suicidios demuestran que existe un grave problema que tenemos que atender. Los niños se deprimen porque nadie les da amor.
Ellos se refugian en la televisión como una especie de droga, pero después que se acaban las cómicas comienza la realidad. El drogadicto necesita su cocaína para estar siempre conectado a su propio mundo. Sin ella no puede vivir; en cambio, los niños necesitan a su amigo imaginario que encuentran en las cómicas.
Panamá es un país rico en áreas verdes. No hay excusa para no salir con sus hijos fuera de casa, pero a pesar de todo hay gente que ni les interesa. No les gusta salir ni a las esquinas con sus hijos o nietos, pero para tomarse una pintas acuden al otro extremo del planeta para saciar su vicio.
No hay tiempo para los niños, pero sí para darse un chapuzón de licor, un deporte que destruye hogares y la salud personal de los que lo practican.
Este es la segunda semana de vacaciones de los pela'os. Tiempo es lo que sobra cuando uno está jubilado, ganas es lo que hace falta.
Si usted entra en el grupo de panameños que no demuestra amor por sus hijos y por sus nietos, estos son los últimos días claves para buscar la armonía y repartir cariño.