El chicle es la golosina estrella y tiene beneficios que muchas desconocemos. Por ejemplo, al masticar chicle liberamos saliva, lo que alivia la sequedad bucal y ayuda a limpiar nuestros dientes si acabamos de comer, aparte de que así controlamos la ingesta de calorías.
Esto último se debe a que enviamos señales al cerebro de que estamos comiendo, generamos la sensación de saciedad. También antes de las comidas es beneficioso porque, al segregar saliva, el estómago libera ácido clorhídrico y calma un poco el apetito.
Ayuda también a quemar unas calorías (11 por hora), y se ha demostrado que ayuda al proceso de aprendizaje al fomentar el torrente sanguíneo al cerebro y su consiguiente oxigenación.