Hay que sembrar esperanza en medio de la desilusión. No podemos ahora "entrarle a palo" al equipo nacional, no podemos darle la espalda a una selección que nos tiene viviendo la última etapa, antes de llegar al mundial de Alemania 2006.
Es cierto que la derrota del sábado ante Costa Rica nos tiene a todos con una resaca increíble. No se puede creer como en un segundo se pasa del cielo al infierno, de la alegría a la tristeza, del triunfo a la derrota, de la esperanza a la desilusión.
El mismo partido es una copia de lo que vivimos. Del remate de Blanco que casi se convierte en el gol de la victoria panameña, pasamos al desenlace fatal.
Hoy todavía no digerimos ese golpe de Myrie que nos tiene recuperándonos de un nocaut en el último asalto. Hoy todavía no concebimos la derrota, aún estamos tristes, pero como dijo Roberto Brown, "hay que pasar la página y pensar en México".
Si señores, en México. Es un partido difícil, porque México no es Costa Rica. Se trata del mejor equipo de CONCACAF según el ranking de FIFA y que cuenta con jugadores de categoría.
Pero estamos en casa y hay que hacer valer esa condición. No importa que al frente estén los Cuauhtemoc Blanco, Jared Borguetti, Rafael Márquez, Francisco Fonseca, Jaime Lozano, Zinha, en fin, no importa el rival, más bien importan las ganas y el temperamento que le impongan al partido los jugadores de Panamá.
Tenemos que recuperarnos y es ya. No es contra Trinidad y Tobago, ni ante Estados Unidos. Es pasado mañana ante México que Panamá tiene que ganar, sumar tres puntos y seguir vivos camino a Alemania 2006.
Es cierto que es difícil, pero tenemos la obligación. El miércoles se cumplirán las tres primeras fechas de la eliminatoria de la CONCACAF y el panorama se irá despejando. Unos irán allanando el camino y otros se irán quedando.
Después del juego con México, esperamos estar en el grupo de los primeros.