La muerte de Vanessa Aldiley Márquez Fawcett ha puesto al descubierto uno de los antiguos males de la sociedad: la prostitución. Gente con dinero que compra placeres a jovencitas. Ellas le llaman "business". En buen castellano: negocios.
Las mujeres cobran de entre 100 y 200 balboas por hombre. En el expediente No.483-2005 que instruye la Fiscalía Auxiliar por el homicidio de Vanessa, una de las mujeres asistentes hace un relato crudo de las cosas que suceden en ese tipo de fiesta, donde se inhala cocaína, se rulea marihuana, los hombres piden escenas de lesbianismo y hasta dos parejas sacian sus placeres al mismo tiempo en una amplia cama King Size, rutina que en el "business" se conoce como "party": todos juntos.
DIPUTADOS EN LA LISTA
Esa misma testigo revela algo políticamente explosivo: yo tengo mis clientes, o "amigos fijos" como ella los denomina. De quién habla, pues de nada más y nada menos que de los Padres de la Patria: los diputados. La chica no es tonta, no revela la lista de sus clientes al agente de la Fiscalía que como un gato goloso pide detalles de toda la actividad sexual que se desarrolló desde las tres de la tarde del 3 y la madrugada del 4 de marzo en la fiesta de las suite 17-09 y 17-10 del hotel Plaza Paitilla.
Esa no era la primera pachanga de sexo y droga en el hotel. Un mes antes hubo otra en el mismo hotel, donde hasta participó una "Miss" de una nación suramericana. Antes hubo otra en el "push" Royal Garden Suite.
Lo de participación internacional en ese tipo de "fiesta" no es nuevo. El mismo evento que cerró con la muerte de Vanessa Márquez era una especie de Naciones Unidas. Había diversas nacionalidades representadas: colombianos, guatemaltecas, nicas, panameños y hasta el Estado Federal de Chiriquí tenía su delegación. Para rematar el carácter multinacional, se brindó con Ron Habana Club.
MUERTE EN LA MADRUGADA
Respecto al caso de Vanessa Márquez. Los testimonios revelan que la muerte se produjo a la 1:45 de la madrugada del 4 de marzo. Sobre las circunstancias en que se produce el hecho los dos principales investigados: Adalberto Amael Acosta y la guatemalteca Yanibe Sarmiento Barrios, han dado tres versiones diferentes.
Amael era el hombre que había coordinado la celebración de la fiesta a la que asistieron abogados, hoteleros, empresarios y corredores de seguro. Él y Yanibe fueron las personas que se habían quedado con Vanessa en la habitación 17-09, luego que ésta supuestamente - a eso de la medianoche- sufriera una transformación "diabólica" producto del exceso de drogas y alcohol. Sus amigas hasta rezaron el rosario y reprendieron al diablo.
Luego, un poco más allá de la medianoche, las compañeras de Vanessa abandonaron asustadas la suite y a eso de la 1:25am del 4 de marzo llamaron a Amael desde un restaurante para preguntarle cómo estaba su amiga y éste le respondió: "está dormida... ahora el demonio soy yo".
PRIMERA VERSION
La primera versión sobre la muerte -la cual había sido previamente coordinada por Amael y uno de los abogados asistentes a la fiesta- destaca que Acosta y Yanibe estaban acostados y en un sofá de la sala estaba Vanessa, quien de repente se levantó y se fue al balcón. Cuando ambos se asomaron no había nadie. La chica de 19 años se había lanzado desde una altura de 47.8 metros.
Amael Acosta -en una declaración que rindió antes de girarse una orden de arresto en su contra- señaló que como a la 1:45 de la madrugada, Vanessa salió corriendo al balcón y junto a Yanibe se dirigió a esa área y al llegar no vieron a nadie. Amael reconoce que se puso nervioso y miró hacia abajo del hotel y no vieron nada en un lote baldío, debido a la oscuridad. Cinco minutos después abandonaron el Plaza Paitilla.
SEGUNDA VERSION
Yanibe Sarmiento relata que Vanessa avanzó hacia el balcón y que detrás fue Amael y en cuestión de segundos al preguntar ella qué pasó; Acosta le respondió que la "man se había tirado".
TERCERA VERSION
Pero el 18 y el 21 de marzo, mejor aconsejada por sus abogados, Yanibe dio un giro a su versión para reforzar el expediente que instruye el fiscal Luis Alberto Martínez Sánchez.
En la nueva indagatoria, Yanibe reveló que el día de los hechos observó a Vanessa en el balcón de la habitación 17-09 del Plaza Paitilla. Ella estaba agachada, de espaldas hacia la baranda de hierro y agarraba con sus manos la baranda. Esta era una posición algo difícil para un suicidio, a menos que fuera una gimnasta mejor que la rumana Nadia Comaneci, aquella chica de 14 años, que en las Olimpiadas de 1976 fue la primera en lograr una calificación perfecta en su rutina de ejercicios sobre la barra paralela.
Según Yanibe Sarmiento, junto a Vanessa estuvo por varios minutos Amael. La guatemalteca alega que no podía observar a Acosta, debido a que la cortina semiabierta de la habitación no lo dejaba, por lo que se acercó y exclamó: ¿qué pasa? El hombre -quien sólo vestía unos calzoncillos blancos- salió aterrado con las manos en la cabeza y gritando: "la man se tiró".
La guatemalteca Sarmiento, quien tiene una Licenciatura en Mercadeo y Publicidad obtenida en la ULACIT, alega que ha dado versiones diferentes, porque estaba confundida, pero luego de hablar con su abogada Ana Belfon se tranquilizó y recordó algunos detalles que había omitido.
En esa indagatoria, la abogada Guillermina McDonald, defensora de Acosta, destacó que al plasmar las revelaciones de Yanibe, se quería omitir que en la reunión donde se coordinó las declaraciones de los asistentes a las fiestas, además de Amael participó un abogado, que también participó en el evento en cuestión.
A las revelaciones de Yanibe hay que sumarle, el informe del Consejo Técnico Forense, que destaca que además de las lesiones producidas por una "caída de altura", Vanessa Márquez presentaba lesiones en el cuello producidas por "uñas" y lesiones en la mano izquierda, que deben considerarse como posibles heridas de defensa.
El fiscal Martínez pidió al a los forenses del Instituto de Medicina Legal que examinaran las uñas de Yanibe para determinar si son compatibles con las heridas que presentaba Vanessa en el cuello. Además se trata de ubicar una cartera con las pertenencias de Vanessa, que tomó la guatemalteca y que supuestamente lanzó al tinaco del edificio Faro del Sur.
Yanibe Sarmiento afirma que no tomó nada de la cartera, ni el dinero algo más de 200 balboas que tenía Vanessa.
También se ordenó una prueba antidoping a todos los hombres y mujeres que asistieron a la fiesta. Se busca además determinar dónde fue adquirida una bolsa de cocaína que habían comprado las muchachas tras hacer una "vaca". La droga incluyó un servicio a domicilio a la habitación 17-09 del Plaza Paitilla.
La investigación incluye además un análisis de las llamadas entrantes y de salida de los celulares de los asistentes a la fiesta mortal.