CRITICA EN LINEA 

 

S E C C I O N E S

EPASA EN LINEA

PANAMA AMERICA

DIAaDIA EN LINEA

REVISTA SIETE!


primera plana

portada

al cierre

nacional

política

opinión

el pueblo habla

comunidad

provincias

nuestra tierra

deportes

el mundo

viva

vida nueva

sucesos

 

Google  


FAMILIA
  OPINIÓN


La edad fatal para la familia Platero

Hermano Pablo | Reverendo

Manlo Platero miró el pastel de cumpleaños: un lindo pastel, cargado con cincuenta velitas. Estaba ya por soplar y apagarlas todas, mientras la familia y los invitados cantaban "Cumpleaños Feliz", pero antes quiso decir unas palabras.

"He llegado a la edad fatal en mi familia -expresó Manlo-. Quiero brindar por la última noche de sueño profundo y completo que tendré en mi vida." Dicho esto, sopló las velas y todas se apagaron al instante.

¿Qué quería decir con esas palabras? Manlo Platero, italiano, pertenecía a una familia que, desde 1822, había visto morir de insomnio y falla del corazón, poco después de cumplir los cincuenta años de edad, a casi todos sus varones. "Nadie sabe a qué se debe -explicó el doctor Stefano Albertazzi, de Roma, Italia-, pero todos los hombres de esa familia sufren el mismo triste destino."

He aquí un caso curioso. Los varones de la familia Platero, no bien cumplían cincuenta años, contraían una severa forma de insomnio que en poco tiempo los mataba. Durante más de 170 años habían sufrido lo mismo, y la familia entera está resignada. "Dios trabaja en forma misteriosa -decían ellos-; ya que sabemos que pasados los cincuenta años moriremos pronto, queremos vivir en plenitud."

Este caso suscita la pregunta: ¿Qué puede o debe hacer una persona que sabe, positivamente, que dentro de un año -365 días- morirá?

Unos dirán: "Ya que me queda poca vida, voy a vivir intensamente, bebiendo hasta las heces la copa del placer." Pero otros dirán: "Voy a tratar de ganar la mayor cantidad de dinero posible para dejarle algo a mi familia"; o: "Voy a portarme mejor para dejar el mejor ejemplo posible a mis hijos"; o: "Voy a tratar de encontrar a quienes he ofendido para pedirles perdón; " o: "De aquí en adelante voy a ser mejor seguidor de Cristo."

Lo cierto es que esos buenos deseos que todos tendríamos, si supiéramos que en un año íbamos a morir, pueden ser parte integral de nuestra vida ahora mismo. No es necesario cambiar nada. Podemos estar en completa paz y armonía con nosotros mismos, con nuestra familia, con nuestros semejantes y con Dios. Y podemos, en todo momento de la vida, estar preparados para la muerte. No tenemos que cambiar nada.

¿Cómo ocurre eso? Sometiendo nuestra vida al señorío de Cristo. Cuando estamos bien con Dios, lo estamos con todos. Cuando Cristo es nuestro Dueño, la muerte no nos asusta. Coronemos a Cristo, hoy mismo, Rey de nuestra vida, y disfrutaremos de la insondable paz y seguridad de Dios.



OTROS TITULARES

Bruce Lee

Sin embargo, dejó sonar mi rington "racataka"

El Evangelio

Defendiendo a los delfines

Prohibido olvidar...

La edad fatal para la familia Platero

Mediocridad universitaria

 


 

  

 

linea
linea gris
 

   Copyright © 1995-2007, Crítica en Línea-EPASA 
Todos los Derechos Reservados