La casa de Luriela Ramos, en Nueva Esperanza, mejor conocida como "La Curva", en Loma Cová, se cae.
"Temo a que en cualquier momento mi hogar se venga abajo, lastime a uno de mis 5 hijos y nos quedemos sin un techo donde vivir", dijo.
Actualmente su esposo, Victoriano Ávila, trabaja como cocinero, pero sólo alcanza para comer y el pasaje diario de él.
En este humilde hogar las condiciones son lastimeras y lo que les espera en invierno es temeroso. Con mucha alegría una de sus hijas dijo que desea ir a la escuela, pero como a su papá no le alcanza el dinero, no puede ir.
Luriela solicita urgentemente madera y zinc para levantar nuevamente su casita. Además de útiles escolares para mandar sus hijos a la escuela.