Panamá sabiamente se ha mantenido al margen de la terrorífica guerra colombiana. Aunque de hecho formamos parte de la geopolítica estratégica de esa guerra, al servir nuestro territorio como plataforma para operaciones financieras y organizativas de las guerrillas, y por ello la violencia terrorista en gran medida se ha quedado fuera de los mojones fronterizos panameños.
Desde la caída de la dictadura militar parecen existir sectores en Estados Unidos comprometidos con meter a Panamá en el tornado de la violencia guerrillera, con el claro propósito de colocarnos, otra vez, bajo el paraguas del Pentágono.
La posición de Panamá como puerto mundial permite las actividades lícitas e ilícitas en nuestra tierra. Para nadie es un secreto la vigorosa presencia de capitales financieros de las guerrillas, grupos terroristas suramericanos, españoles, como ETA; y un largo listado de empresarios musulmanes simpatizantes de Al Qaeda y Osama bin Laden.
De ninguna manera las autoridades del gobierno panameño pueden permitir que nuestro país sea involucrado en la violencia de la guerra de Colombia. Sentimos solidaridad con nuestros hermanos colombianos, pero no se soluciona nada, añadiendo sangre panameña al cáliz del martirologio colombiano. Alertamos a todos sobre la propuesta del general norteamericano, James Hill, para supuestamente enviar reservistas médicos e ingenieros a Darién. ¡Ojo! presidenta Mireya Moscoso: Panamá es y debe ser neutral. |