El punto G es una zona erógena descubierta desde 1952. Sin embargo, son muchos los expertos que acreditan su existencia e incluso potencian el placer que provoca en las mujeres.
Para aquellas personas que se han frustrado todos estos años tratando de dar con este enigmático lugar y no han podido, un médico británico, Phanuel Dartey, ha creado una inyección que ayuda a encontrar el punto G.
Lo que provoca este tratamiento es localizar la zona más sensible de la paciente y agrandarla, de manera que el supuesto punto G, que ahí debe estar contenido, sea más grande, y por consecuencia, fácil de excitar.
El producto está especialmente dirigido a las mujeres que han tenido partos, ya que la G-SHOT ayudaría a recuperar la sensación perdida por la ruptura de ligamentos y musculatura interna, a causa del alumbramiento vaginal.