Aunque no sean nada de uno, da dolor enterarse de ejecuciones de jóvenes, las cuales ocurren con mucha frecuencia en este país.
Una vida humana que se pierde cuando apenas comenzaba a vivirla, piensan varios panameños que sentimos esta tragedia.
Pero siendo sincero, hay que aceptar que esa gente por lo general andaba en "malos pasos". Y recibieron un castigo por salirse de la vida normal y legal.
A excepción de aquellos que mueren por disparos dirigidos a otros, (en las guerras de pandillas), las víctimas de ejecuciones estaban relacionadas con actividades de drogas, robo, etc.
Hay que insistir sobre todo con los jóvenes, que se debe tener responsabilidad y saber tomar decisiones correctas.
El dinero "fácil" del narcotráfico, o de los robos a turistas y viviendas, no es recomendable como una manera de vida.
Es cierto que podrán en un momento disfrutar de lujosos bienes y servicios con esa plata "maldita". A la larga, pagarán con sus vidas cualquier falla que cometan.
Y que no me vengan con el cuento que "no sabían" que involucrarse en estos delitos es poner en riesgo sus vidas.
Dudo que haya jóvenes que no sepan lo peligroso que son estas actividades. Así que si las hacen, es porque ¡les da la gana...!
"Se lo buscaron", me dijo una persona cuando veía fotos periodísticas de ejecutados.
Señaló que hay muchos jóvenes trabajadores y honestos, que no andan en esos "malos pasos" o "la vida loca".
Esa persona estaba endurecida por la realidad de la vida. Dijo que a él no le causaba ninguna pena esas ejecuciones, lo que no entendieron otras personas que estaban escuchándolo.
Tomar decisiones acertadas para tener una vida normal, debe ser el propósito de la juventud panameña.
Bastante orientación tienen ahora los jóvenes. No se justifica entonces que digan que no sabían a lo que se exponían al traficar drogas, armas, etc.
Es cierto que la sociedad panameña sufre de una terrible falta de valores y autoridad. Hay muchos hijos (as), que no hacen caso a los consejos de sus padres, por mejores intenciones que tengan.
Prefieren escuchar a los compañeros de la "gavilla", o banda a la que pertenecen, porque no "soportan" más el control y disciplina de los padres.
No creo que sea "llover sobre mojado" lo que digo. Aunque se piense que no escuchan, hay que advertir a nuestros jóvenes de los peligros de vivir fuera de la ley.
¿De qué valdrán los miles de dólares, si eso les cuesta la vida?...