Cuando una mujer se entrega, es decir, abre sus piernas, debe estar segura de lo que está haciendo, y por qué lo están haciendo. Aunque para esta época casi nadie cree en la virginidad, siempre es bueno escuchar buenos consejos de las abuelitas porque después vienen los dolores de cabeza.
Cuidarse en las relaciones sexuales, o recurrir a la abstinencia, no obedece únicamente a razones religiosas, o de costumbres, o del honor de la familia. También entra en juego la salud (podemos contraer una enfermedad venérea), el bolsillo (porque todo hijo cuesta), y sobre todo, la vida que le daremos a esos vástagos que traemos al mundo.
Tener relaciones sexuales no es algo que debe verse como una necesidad. Eso tiene su tiempo. Los animales se aparean con cualquiera miembro de su especie en cualquier momento, pero los seres humanos deben hacerlo cumpliendo los procedimientos que creó Dios para ello, a través del sagrado matrimonio.
Las niñas y/o adolescentes tienen que tener mucho cuidado a la hora de que un varoncito les hable al oído de la dichosa prueba del amor. Ojo muchachas, estos pela'os lo que quieren es un trofeo más para decir: "ese virgo es mio".
Escuchen a esos padres que les piden que se conserven para sus esposos. No escuchen los consejos de esas madres que hasta les dicen a sus hijas que compren pastillas o condones para que se cuiden y puedan tener las relaciones sexuales que deseen.
Hacer el amor es un acto puro y debe hacerse entre dos personas que se aman y que sean marido y mujer. Uno no debe andar regalando sus partecitas sólo porque le gusta como se ven los ojos de un fulano o porque el tipo le prometió un empleo.
Las relaciones sexuales extrañas traen consigo los embarazos no deseados y, por consiguiente, una gran cantidad de abortos que muy pudieran evitarse si se abstienen de practicarla.
Si usted es de esas chicas calientes que anda experimentando el sexo, sepa que no es bueno lo que hace. Recuerde siempre que hay muchas enfermedades que no se ven, tales como el SIDA y otros contagios que pudieran poner en juego su salud y de la que se acuestan con usted. Chicas, esperen el momento.