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La iglesia cuenta con cinco naves y ocho altares que guardan imágenes que reflejan el estilo churrigueresco neoclásico.  |
Resplandeciente bajo el sol se yergue frente al histórico cerro San Cristóbal, la torre de la Iglesia de Natá de los Caballeros, monumental obra arquitectónica, que ostenta el título de la más antigua del litoral pacífico americano.
Natá de los Caballeros fue fundada en 1522, por los conquistadores que se asentaron en estas llanuras por lo fértil de sus tierras, ese mismo año, Gaspar de Espinosa inicia la conformación de esta población y según los registros fue a finales del siglo 14, que se inicia la construcción de la Iglesia de Natá de los Caballeros, que alberga al patrón de los natariegos, Santiago Apóstol.
RECONSTRUCCION
Varias han sido las reconstrucciones que ha recibido la estructura, declarada patrimonio histórico; la más reciente fue en 1990 que gracias al interés de un grupo de mujeres, autoridades y comercio local se logró realizar importantes mejoras al edificio.
La profesora Ildaura Urriola de Carranza, presidenta del Comité Pro Rescate y Mantenimiento de la iglesia, cuya labor ha sido fundamental, nos mencionó que desde hace más de diez años se viene trabajando en la restauración y mantenimiento de la misma, lo primero que se hizo fue un radiotón con el apoyo de la comunidad y amigos de la capital, lográndose la recolección de 11 mil dólares.
Posteriormente, se recibió el apoyo de la Embajada de Alemania, la compañía Nestlé, y autoridades locales, con lo que se pudo concluir con la reconstrucción, se organizó el coro y muchos otros aspectos de la iglesia, cuyo costo podría estar alrededor del medio millón de dólares.
INTERIOR
Su interior lo forman las cinco naves y ocho altares, que guardan las imágenes de Don Bosco, la Virgen del Carmen, La Purísima, el Altar Mayor, el Santo del Calvario, la Virgen del Rosario y Jesús de Nazareno, todos en un estilo churrigueresco neoclásico, es decir recargado de figuras, en su mayoría de frutas y vegetales.
La mayor parte de los tesoros de la iglesia, lo conforman las piezas de plata que adornan los nichos e imágenes y como toque especial podemos encontrar El Púlpito, con su altavoz en la parte superior que ayuda a la acústica, además de la imagen de la Virgen María, y en su parte inferior se logra ver el trabajo de la madera tallada en estilo barroco y pintado a base de trigo triturado y plata.
SU CAMPANARIO
Una de las áreas que sí ha mantenido su estructura de manera original, ha sido la torre, fue construida de arriba hacia abajo usando una estructura de madera en forma de cruz, como dato curioso es el hecho que aún se mantienen varias de las conchas nácar en la parte superior de la cúpula que fuera traída por los españoles de las costas cercanas. El campanario desde la cual se puede divisar las extensas y productivas planicies natariegas, guardan las campanas que en 1922 fueran donadas por el Colegio Artes y Oficio Melchor Lasso de la Vega, pues las originales las conserva un museo de historia en los Estados Unidos.
Otra de las curiosidades que mantiene la iglesia es un túnel que según nos explicó Deyaneida, guía del lugar, funcionó como bóvedas para las criptas, pero una vieja leyenda habla de que este túnel tiene su salida en la parte superior del cerro San Cristóbal, montículo de gran elevación que se levanta en las afueras del pueblo, utilizado como escondite y refugio por los españoles ante cualquier ataque. |