George enfrenta su vida con deseos de mejores
días
Berta Vega
Epilobia esclerosis tuberosa,
es una enfermedad comprobada y estudiada en tierras estadounidenses, pero
no común en Panamá, ya que sólo se registran dos casos
a nivel nacional. Uno de ellos es el de George, un joven de 31 años
que enfrenta la vida con el deseo de ver días mejores.
George, chiricano de nacimiento, sufre de Epilobia desde los seis meses
de nacido; esta enfermedad se manifiesta primero en la nariz y el cerebro,
y luego en ciertas partes del cuerpo.
Su madre Esther Cedeño manifiesta el mal pesar de la enfermedad
de su hijo, quien entra muy seguido en crisis con grandes problemas y consecuencias,
las cuales hacen que George se afecte más.
Al momento en que George entra en las crisis relativas a su enfermedad,
le inician una serie de ataques, convulsiones entre otros síntomas,
los cuales hacen que el joven permanezca hasta por seis días en cuidados
intensivos del Hospital Rafael Hernández en David.
Señalan sus familiares que es difícil enfrentar los momentos
en que a George le dan las crisis, sin embargo, dicen ellos que si Dios
le ha dado esta prueba hay que enfrentarla y salir adelante, siempre y cuando
pidiendo la ayuda del Todopoderoso.
George casi siempre permanece en su cama, pues debido a la enfermedad
que padece ha perdido poco a poco la totalidad de sus movimientos.
Hoy día él no puede recibir alimentos directamente por
su boca, a lo que mediante tratamiento médico se le suministraba
anteriormente por medio de tubos; pero debido al avance de la enfermedad
hoy se alimenta por sondas.
Estas sondas son puestas sobre una abertura hecha en el estómago
de George, lo que le da la oportunidad de recibir la alimentación
que requiere.
Indica su madre que la alimentación de George es proporcionada
por un proyecto especial, por medio del Seguro Social que le suministra
al enfermo los alimentos que pueden ser pasados a través de las sondas.
La alimentación de George se efectúa por medio del proyecto
de pacientes ambulatorios, donde se visita casa por casa a enfermos con
problemas especiales.
La enfermedad que padece George es muy extraña y son muy pocos
los especialistas que la conocen y la tratan, sin embargo, a George lo atienden
en el Hospital Rafael Hernández de David, donde su madre paga un
seguro social voluntario; para hacer más fácil la enfermedad
de su hijo.
El joven George es atendido por el doctor Manuel Alvarado, quien le realizó
estudios que determinaron que George podía ser intervenido quirúrgicamente
para ver una posible mejoría, sin embargo, no se daba nada por concreto
y se corría el riesgo de un retroceso en su enfermedad, por lo que
su familia decidió no arriesgarse.
Son muchos los obstáculos por lo que George tiene que enfrentarse
cada día de su vida, sin embargo, existe uno que en estos momentos
es de primordial urgencia; esta necesidad es una silla de rueda, ya que
la que él usa hasta estos momentos es una prestada y bastante vieja.
La madre de George tiene el deseo de que su hijo tenga una silla de rueda
para llevarlo más cómodo a sus respectivas citas médicas
y de igual manera lo puedan sacar al patio y darle un poco de felicidad
en medio de tantos sin sabores.
Esta silla se hace indispensable para George pues con frecuencia recibe
quebraduras en partes de su cuerpo, por no contar con los instrumentos necesarios
para transportarse.
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