Miércoles 3 de marzo de 1999

 








 

 


Posgrados: Una posibilidad de competir laboralmente

Alí Mustafá
OEI

El mercado laboral exige que la capacitación continua sea indispensable; por ese motivo, el aumento en la oferta de estudios de posgrados surgió como una respuesta inmediata al problema de la competitividad.

Con la llegada de la democracia, en 1983, se produjo un "boom" en la matrícula universitaria que fue decayendo hasta entrados los años 90. Sin embargo, la expansión generó un sistema heterogéneo y caótico, siendo las carreras propuestas de calidad dispar. Entonces, era necesario generar un mecanismo de legitimación.

Luego de varias iniciativas, que intentaban ponerle freno a la situación, y tras la promulgación de la ley 24521 de educación superior, se creó y se puso en funcionamiento, en 1996, la Comisión Nacional de Acreditación Universitaria (Coneau).

Con un área de Acreditación de Posgrados se evalúan las especializaciones, maestrías y doctorados, que en los últimos cuatro años aumentaron geométricamente, obligando al Estado a que garantice el mínimo de nivel y calidad que se demanda.

La oferta de carreras, según una aproximación realizada por el Ministerio de Educación, ascendió a más de ochocientas, entre maestrías, doctorados y especialidades y, con ellas, obviamente, la cantidad de alumnos. En el ranking de carreras podemos mencionar, en primer lugar, a aquellas relacionadas con la administración de empresas, negocios, marketing e informática, entre otras. También puede observarse, en menor medida, pero significativa en cuanto al crecimiento, una tendencia a las dedicadas a las ciencias sociales.

Las estadísticas publicadas en el libro de Osvaldo Barsky, El Sistema de Posgrado en Argentina, señalan con un 34 por ciento de inscritos a las materias de Derecho, Economía o Administración, desplazando a las Ciencias Básicas y Tecnológicas al segundo lugar, pero el mayor crecimiento lo experimentaron las Ciencias Sociales.

El tercer lugar lo ocupan las Ciencias de la Salud, con el 21 por ciento de los inscritos, y las Humanidades con el 14.

A principios de los 80, en la Flacso, por ejemplo, había una sola maestría, con un promedio de sesenta alumnos, mientras que actualmente se cursan siete, y el número de inscritos asciende a trescientos.

Las ofertas de posgrados experimentaron un crecimiento tanto en el ámbito del sector público como en el privado. El primero contiene dos tercios de las ofertas de actividades y tres cuartas partes de números de inscritos y egresados. "Esta supremacía, comenta Osvaldo Barsky, es mucho mayor en las especialidades y doctorados, mientras en las maestrías predomina la oferta privada". Cabe señalar que el sector privado tiene mayores tasas de crecimiento en los últimos años en relación con el número de actividades.

Un artículo publicado en el diario El tiempo de Bogotá, dice que en América Latina existen 6.000 centros de educación superior. En el marco de un nuevo perfil académico, continúa diciendo el artículo, la autonomía universitaria aparece como el desafío que deben enfrentar las universidades con miras al siglo XXI.

Estos desafíos suponen generar criterios propios de autogestión, autoevaluación, capacitación docente y reforma curricular, entre otros.

De esta manera, la acreditación universitaria de posgrados se convierte en una herramienta indispensable para fortalecer el sector académico, ya que las instituciones que fallen en la evaluación no podrán otorgar títulos reconocidos por el Estado.

Alentados por las posibilidades laborales, en los países limítrofes se produjo un aumento considerable de jóvenes interesados en continuar sus estudios en el ámbito del Mercosur.

Si bien este mercado surgió como un acuerdo económico de los gobiernos, al poco tiempo de firmada el Acta de Asunción, se amplió al sector educativo.

Chile y Brasil son los destinos preferidos. En Chile, el interés pasa por las ciencias económicas, las relaciones industriales, los recursos humanos y la administración. En tanto en Brasil, a decir de las autoridades del sector cultural de la Embajada, los argentinos prefieren ingeniería, cirugía plástica, informática, veterinaria y ciencias de la educación.

A diferencia de Chile, donde no existe la barrera idiomática para cursar, en Brasil el portugués es excluyente.

 

 

 



 

El mercado laboral exige, para competir, mayor excelencia. Frente a esta realidad, la creación de posgrados surge como una alternativa válida. Hoy, las carreras de posgrado (maestrías, doctorados y especializaciones) ascienden a más de 800. Brasil y Chile, en el ámbito del Mercosur, son los países preferidos por los estudiantes argentinos.

 

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