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La realización del carnaval "apurado" en la ciudad de Panamá, ha dejado varias lecciones que deben ser consideradas por el gobierno.
En primer lugar, el gobierno debió nombrar la Comisión de Carnaval hace meses y no dejarlo para lo último. Es cierto que el país sufre problemas serios en lo económico y social, pero el carnaval es una de las actividades que el panameño "toma en serio", aunque se trata realmente de farsa y diversión.
Esta realidad sociológica ha debido saberla el equipo de asesores pagados y gratuitos del gobierno. Y debieron aconsejar al Ejecutivo a prestarle atención a tan "importante" acontecimiento.
Pero siguiendo una tendencia de improvisaciones, faltando sólo veinticinco días, se nombró la comisión porque la dirección del IPAT hizo pública la realidad de la falta de carnavales oficiales en la capital.
Y como fue tremenda la crítica al gobierno, entonces improvisaron una comisión que dicho sea de paso, le lavó "la cara sucia" al gobierno que no le había dado la atención que se merecen las fiestas de Momo.
Menos mal que el licenciado Julio Crespo y su equipo "le metieron el hombro" y emparapetaron unos carnavales que llevaron distracción a miles de panameños que no pudieron viajar al interior.
Siempre se ha dicho que el panameño es "alegre y confiado", y que se contenta con pan y circo... aunque haya poco pan. Si el gobierno se jacta de "ser de los pobres", debe conocerlo mejor para que no ocurra otra situación como la de los carnavales.
Respecto a la misma fiesta, hay que decir que se caracterizaron por el orden y la seguridad, en todo el territorio nacional. Esto demuestra que cuando las autoridades quieren hacerlo, pueden controlar el desorden. Eso sí, hay que trabajar arduamente, sacrificarse por el bienestar de las mayorías.
Aunque no soy experto en carnavales, puedo sugerir la creación de toldos en lugar de las tarimas de la Vía España. Tener a miles de personas paradas (la mayoría) por horas, no es correcto. Además la gente tenía ganas de bailar como lo demostraron a cada momento.
Así que el próximo año las presentaciones de músicos deben hacerse en toldos oficiales, donde la gente pague un mínimo de entrada, y todos quedarán contentos.
Hay que felicitar al licenciado Crespo por el esfuerzo que hizo en organizar estos carnavales de última hora. Y aunque ya algunos mal pensados anden diciendo que con la notoriedad que ha conseguido (y conseguirá en los otros carnavales) podrá llegar a legislador, bien merecido se lo tiene.
Crespo demostró entusiasmo y "echó para adelante y no para atrás", cuando algunos pesimistas del gobierno daban la espalda a las festividades más populares de los panameños.
Si el carnaval se mira como instrumentos para movilizar la economía, atraer a miles de turistas, y hacer que el pueblo descargue algo de la tensión socio-política en que vive, entonces estarán más que justificados los miles de balboas que se inviertan.
Como ya lo dijo el Licdo. Crespo, desde ahora comenzará a organizar el carnaval del próximo año, lo que indica que al menos en esto no habrá improvisaciones ni acciones de última hora. |
