Anacleto y Marcelino se fueron de carnavales. Hermosa tonada de otros tiempos... y llegó el momento de despertar y enfrentarnos a nuestras realidades. Una de ellas que siempre me ha inquietado, es la deuda externa de nuestro país, que pesa sobre todos nosotros y nuestros descendientes. Esto debe movernos a preocupación. No importa quiénes nos metieron en ella. Lo que importa es que, como queda dicho, somos los deudores. Pero... ¿En verdad nos preocupa? Te diré algo.
El año pasado, en el marco de la campaña de cuaresma, la Pastoral Social Cáritas de Panamá, motivo con el lema "La vida antes que la deuda", a la ciudadanía para que suscribiese una acción petitoria encaminada a su condonación. Y sabes, paisano mío panameño, tú que siempre dices que sí, ¿cuántos firmantes hubo? ¡10,936! ¡Sí como les lees. Así mismo! ¡10,936 Firmas! Algo así como... las dos quinta partes de la capacidad de nuestro moderno "Estado Nacional Rod Corew". Solamente esa cifra de panameños mostró interés ¿y los demás? ¿qué crees que hacen? Como has visto, viven el "sueño panameño", el que supera al americano. Cada día surgen más grupos exigiendo prebendas, exenciones, privilegios, que ni siquiera en el llamado "sueño americano" tendrían cabida. Unos por hacer su trabajo... otros por hacer menos aún, amenazan constantemente con destapar la caja de Pandora. Su obsecación les impide ver que la espiral de los males también los arrollará a ellos. Esta deuda es asfixiante y pretendiendo culpar a alguien, cargan contra el gobierno de turno, que en honor a la verdad es el menos culpable. Este ha retomado la gestión que en buena hora inició Cáritas de Panamá.
Ubiquémonos ahora en la mesa de los acreedores. ¿Perdonaríamos a sabiendas de que los exclusivos miembros del "sueño panameño" esperan, cual hienas, ese momento para caerle encima al presupuesto con exigencias desmedidas e injustas?
No queda una sola oportunidad.
Tiene que haber firmeza de la sociedad entera para repudiarlos y de los políticos, para que piensen en el cumplimiento de su deber y no en las próximas elecciones.
Propongámonos que los únicos privilegios sean los niños, los enfermos y los ancianos, y apoyemos la campaña que realiza nuestro gobierno, como una causa nacional. Esta es la última oportunidad. No lo olvides. |