La revista Playboy se puso en contacto con Lindsay Lohan para que vuelva a meterse en el papel de Marilyn Monroe y posar para una sensual sesión fotográfica.
Hugh Hefner, dueño de la revista, está dispuesto a pagar lo que sea necesario con tal de que pose desnuda para su publicación.
Hefner quiere que Lohan haga la escena en que Monroe nada desnuda en una piscina.