Al consultar a aquella gente que ha pasado la barrera de los cien años, podemos encontrar muchas personas que dicen haber prestado cierta atención a sus dietas y estilos de vida, pero también a varios que admiten no haberse cuidado nunca, habiendo comido, bebido, fumado, y llevado un ritmo de lo más ajetreado, durante toda su vida. Pero todos concuerdan en un punto: fueron y son grandes optimistas de la vida. Para lograr esto, destacan, principalmente, a las buenas compañías,
Como vimos, quienes deseen cumplir este objetivo, deberán ante todo tener una actitud muy positiva y relajada frente a la vida. Pero no estaría mal acompañarla de los siguientes hábitos:
No abusar del tabaco ni del alcohol (especialmente del primero, lo ideal sería no fumar).
Mantener un peso balanceado, ya que el sobrepeso puede ser causa de la aparición de varias enfermedades, especialmente los problemas cardiovasculares, de diabetes, y de cáncer.
Tratar de no comer mucho. Por ejemplo, la longeva gente de Okinawa, ingería entre un 10 y un 20 por ciento menos de calorías diarias, que las que consume un occidental medio. En estudios llevados a cabo con animales, se ha observado que las dietas de bajas calorías parecen aumentar la esperanza de vida, y lo mismo sucede con el consumo de grasas.
Comer muchas frutas y verduras.
Realizar mucho ejercicio físico. Una de las actividades más beneficiosas y prácticas para llevarlo a cabo, es subir escaleras o levantar pequeños pesos, como las bolsas del supermercado, lo cual contribuyen a frenar la pérdida de masa muscular, algo que suele suceder a medida que se crece.
Relacionarse todo lo posible con la familia y los amigos, lo cual, se ha comprobado, evita sufrir depresiones, y sus correspondientes enfermedades asociadas.
Mantener una gran actividad mental, para estimular la comunicación entre las neuronas, lo cual, se ha comprobado, está directamente asociado con la longevidad. Para esto, ayuda mucho la lectura, y la resolución de crucigramas o palabras cruzadas, acertijos y problemas lógicos.