Especialmente las personas con diabetes, deben ducharse a diario, siendo preferible la ducha en tina o bañera, si se usa esta última, es conveniente salir del agua antes de que la piel se arrugue e incluso, llegue a agrietarse; es decir, el baño no deberá durar más de cinco minutos.
El agua debe estar tibia. Para comprobar la temperatura debe emplear un termómetro de baño o, introduciendo el codo, o el dorso de la mano.
Use un jabón suave, de tipo neutro, y se recomienda lavar la piel directamente con la mano, con una manopla de baño suave o una esponja natural; pero no utilizar esponja áspera, cepillo u otro producto que irrite, arañe y lesione la piel.
Se deberá prestar especial atención al lavado de la zona pilosa y de pliegue (axilas, ingles, surcos inframamarios, y en el caso de las mujeres, los genitales.
Para secar su piel emplee una toalla suave o albornoz, realizando el mismo por compresión (aplicando la toalla para que absorba el agua) y no por fricción (frotando), para evitar traumatismo y erosiones en la piel. Una vez seca, se aplicará sobre toda la superficie corporal una loción hidratante, que contrarreste la sequedad de la piel.
Se deberá tener cuidado con el uso de desodorante, en especial con la presencia de aerosol, ya que resecan e irritan la piel, por lo que, aún será más necesario extremar la higiene y el lavado de las zonas donde se apliquen.
Para mantener un adecuado cuidado de la piel en verano, será vital la utilización de protección, que eviten las quemaduras solares, la aceleración del proceso de envejecimiento de la piel, y que ésta se reseque en exceso. Después de cada exposición al sol será necesaria la aplicación de una crema hidratante que ayude a mantener la hidratación y textura de la piel.
Mención especial merece el cuidado y la higiene de la ropa. La persona con diabetes debe usar ropa cómoda, que no produzca rozadura, irritaciones, excoriaciones ni traumatismo; limpia, debiendo cambiarla con frecuencia, en especial la ropa interior (panty, brasier y calzoncillo) y los calcetines, que se cambiarán a diario; no excesivamente ajustada y que permita la transpiración.
Se debe consultar con el médico siempre que se observe la aparición de algunas lesiones en la piel.