REFLEXIONES
"China vs. Taiwan: ¿guerra en el Pacífico?"

Por Carlos Christian Sánchez C.
Fotos tomadas por satélite nos demuestran el desarrollo impresionante de la República de China en Taiwan. Haciendo honor a su nombre original de Formosa (hermosa en portugués), aquella nación de verde esplendor, se ubica en la cuenca del Pacífico, entre las rutas del comercio mundial marítimo. Japón, Corea, Indochina y Filipinas la rodean. El intercambio económico es continuo, hasta el punto de ser imprescindible para el progreso del continente asiático. Este país vive una franca recuperación tras el desastre natural de septiembre de 1999. Por desgracia, Taiwan enfrenta el reto de las constantes hostilidades con sus hermanos de sangre: la China Popular nuevamente ha regresado al discurso agresivo, con el fin de intimidar a los pobladores de la isla, ante los comicios presidenciales del 18 de marzo próximo. Varios diarios de Hong Kong y Shanghai, ya advertían el contenido del denominado "Libro Blanco", una virtual declaración de guerra de Pekín hacia Taipei. Lien Chan, quien es el candidato del Partido Nacionalista Chino o "Kuomintang", defendió su postura de reconciliación hacia el sector continental chino, bajo dominio de los comunistas, rechazando de plano el tema de conjugar "un país y dos sistemas políticos diferentes", argumentando por Jiang Zemín, el máximo jerarca de Pekín. La China Comunista teme que los electores de Taiwan se parcialicen hacia los defensores del Partido Progresista Democrático (DDP), que buscan la independencia de la isla de Formosa, cosa que alteraría una futura reconciliación y reunificación del país celeste, como antiguamente le llamaban los eruditos al imperio chino. El domingo 18 de marzo, unos 10 millones de taiwaneses votarán para elegir al sucesor de Lee Teng-hui, quien funge como presidente de la República de China desde 1996, Taiwan es el refugio del gobierno democrático chino, tras la rebelión de los comunistas de Mao Tse - tung, que conquistó el sector continental. Los expertos consideran que el "affaire chino" debe ser resuelto por los propios chinos. La comunidad internacional niega la violencia armada para solucionar un diferendo político y territorial. En el caso de las dos Chinas, no es posible que un país agreda al otro, porque no controla totalmente a su vecino. Pekín no domina a Taiwan. Taipei mucho menos controla a la China Popular. Ambas partes tienen gobiernos separados, independientes, aunque los une cuestiones étnicas lingüísticas. ¿Se imagina usted lo que sucedería si estallara una guerra entre las dos Chinas? De ocurrir un ataque de China Popular hacia la isla de Formosa, el que saldría perdiendo sería Pekín. Un desembarco sería desastroso, a pesar que los comunistas tienen superioridad numérica en hombres y equipo bélico. Taiwan posee un impresionante dispositivo defensivo, modernizado con tecnología estadounidense. Veríamos una repetición de la guerra del Golfo Pérsico, cuando Irán e Irak se atacaron mutuamente en 1980. Barcos mercantes de todas las naciones resultarían destruidos. La ruta marítima entre el Estrecho de Malaca y el Japón se convertiría en un "tiro al blanco". El comercio mundial, incluso el Canal de Panamá, sufriría consecuencias terribles. Una batalla de misiles de mediano alcance provocaría cientos de muertos. Pero se duda que los comunistas logran apoderarse de Taiwan. Como ocurrió en los desembarcos de Cuba en 1961 o en Somalia de 1994, el riesgo de que tropas invasoras perezcan en la playas enemigas es extremadamente elevado para el agresor. Ojalá que China Popular no cometa la locura de una invasión a Taiwán, porque se notaría inmediatamente la situación de "víctima a victimario": No es aceptable atacar a una nación pacífica como la China Nacionalista, por el hecho de que esta última escoge un futuro mejor por la vía democrática. La paz y la democratización es la única solución para la reconciliación del pueblo chino. La violencia sólo causará penurias y muerte. Sería el preludio a una guerra mundial en el Océano Pacífico.
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