Mientras se quejan que no hay suficientes ingresos en el gobierno, existen mecanismos legales que impiden el cobro de miles de balboas en impuestos, y el Seguro Social. Esto es un descaro sin lugar a dudas, pero repito, todo es legal y aceptado.
Uno de estos mecanismos es inflar los gastos de representación y viáticos, para no pagar impuestos ni Seguro Social.
Entonces nos enteramos que un honorable legislador gana solamente el sueldecito de mil ochocientos balboas al mes. El resto hasta llegar a los siete mil rúcanos (que no es nada mal salario), se va en gasto de representación, dietas y combustible.
Pero el peor descaso con los honorables es que tienen una partida de cuatro mil balboas, para emplear a quien les da la gana, y sin ninguna pena tienen el descaso de nombrar a parientes. Claro que ese dinero sale del impuesto que pagan todos los panameños.
Las actividades descaradas -pero legales, repito- siguen a la orden del día. Creo que solamente el presidente(a) puede ganar un sueldo de diez mil balboas al mes.
Ya el Toro subió el salario a los ministros de su gobierno y tuvo que bajarlo ante la repulsa pública. Sin embargo, otros funcionarios se quedaron con los diez mil, con la excusa que la ley impedía rebajarles el sueldo.
Vemos así cómo los magistrados de la Honorable Corte, del Tribunal Electoral (todos honorables, también), y otros funcionarios como fiscal electoral y hasta de la CLICAC, me dijeron que tienen ese abultado sueldo, (cuando en el país de cien panameños, quince están sin empleos, por irme por las cifras bajitas, dicho sea de paso).
El descaro no termina allí. Incluso algunos de estos privilegiados tienen legalmente el derecho a comprar dos autos durante su período, sin pagar impuestos.
Tal cosa ocurre mientras Ud. y yo -que no ganamos esos salarios elevados-, tenemos que pagarle a bancos y financieras lo que pidan, para poder poseer un auto que nos aleje de la tortura que es viajar en "diablos rojos".Si eso no es algo descarado, no sé como se le podría llamar.
Imagino lo que sufrirían los miles de funcionarios públicos que ganan salarios de hambre, ante los sueldos descarados de algunos privilegiados.
Esto es una amarga realidad, que nos dice claramente los privilegios de que gozan algunos favoritos del gobierno y los políticos legisladores.
No me extrañaría que si escarbáramos en las planillas de instituciones, encontraríamos otros descaros administrativos. Tal vez pagarle miles de balboas a un supuesto Asesor (¿de qué?), también pueda caer en esta moderna definición de "descaro" que he elaborado hoy.
Por lo visto a este Panamá ¡"no lo cura ni el médico chino!", como dicen en la Bajada de Salsipuedes. |