Guerrilla y paramilitares en la mira de EEUU

Agencias
Internacionales
Estados Unidos culpó el viernes tanto a la guerrilla como a los paramilitares por el aumento en la violencia política contra la población civil en Colombia. El Departamento de Estado también criticó el apoyo que miembros de las fuerzas militares del Estado prestan a grupos paramilitares, pero señaló que el gobierno del presidente colombiano, Andrés Pastrana, ha tomado pasos para cortar esta colaboración. En su informe anual sobre la situación de los derechos humanos en el mundo, Washington señaló que la gran mayoría de los asesinatos políticos en Colombia son perpetrados por los paramilitares y la guerrilla contra civiles que simpatizan con uno u otro bando. "En todo el país, grupos paramilitares mataron, torturaron y amenazaron a civiles sospechosos de simpatizar con la guerrilla en una campaña orquestada de terror para que abandonen sus casas, y así restar su apoyo a la guerrilla", dijo el informe. "Las fuerzas paramilitares han sido responsables de un número creciente de masacres y otros asesinatos políticos. También han combatido con la guerrilla por el control de algunas regiones lucrativas que producen coca y participaron directamente en la producción y tráfico de drogas", dijo el informe. Por su parte, las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) han atacado regularmente a la población civil, cometiendo matanzas y ejecuciones, dijo el Departamento de Estado. Los grupos armados de izquierda cometieron la mayoría de los casos de secuestro y mantienen a 1.000 civiles secuestrados, señaló el informe, que criticó el reclutamiento forzoso de indígenas y centenares de niños en las filas guerrilleras. Las acciones de la guerrilla se extendieron a casi 1.000 de las 1.085 municipalidades del país durante 1999, comparado con 700 en 1998. Según el informe, los rebeldes suman entre 11.000 y 17.000 combatientes organizados en más de 100 grupos semiautónomos, mientras que los paramilitares tiene entre 5.000 y 7.000 miembros bajo las llamadas Autodefensas Unidas de Colombia. El Departamento de Estado señaló que las fuerzas militares raras veces confrontan a los paramilitares y sus oficiales a veces colaboran con ellos, entregando municiones y datos de inteligencia y permitiendo su paso por puestos de control. Sin embargo, el informe no establece una relación institucional entre militares y paramilitares, como denunciara esta semana el grupo de derechos humanos Human Rights Watch, que acuso a la Brigada Tres del ejército colombiano de crear un grupo paramilitar en el Valle del Cauca el año pasado. "Las fuerzas paramilitares encuentran una base de apoyo dentro de las instituciones militares y la policía, así como entre las elites civiles locales en muchas áreas", dijo el Departamento de Estado. El informe señaló que en 1999 el apoyo popular a los grupos paramilitares creció como resultado del aumento en la violencia guerrillera con el estancamiento de las negociaciones de paz iniciadas por Pastrana. Las fuerzas armadas y la policía siguen cometiendo violaciones a los derechos humanos, pero el número ha caído desde que Pastrana asumió la presidencia, dijo Washington. No obstante, la impunidad sigue siendo un problema grave, ya que las autoridades raramente enjuician a militares o policías que han cometido abuso. El informe elogió a Pastrana por sus esfuerzos en reformar al Estado colombiano para poner fin a la impunidad.
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