Hace pocos días, los diferentes medios de comunicación social, informaron sobre un accidente de tránsito cerca de la urbanización La Cresta, en pleno corazón de la ciudad capital, donde milagrosamente no se dio una tragedia de terribles consecuencia, al fallarle los frenos a un camión de mudanzas, cuyo conductor, al tratar de disminuir la marcha cuesta abajo, en una calle muy empinada, no logró controlar su velocidad, incrustándose, en su desesperada marcha, contra un taxi, al cual arrastró dentro de un almacén, donde al fin se detuvo el bólido mecánico; saldo de este incidente, dos heridos, los conductores del camión y del taxi; por lo transitado de esa área, tanto en vehículo como a pie, pudo haber sido una carnicería humana y la explicación hubiese sido la misma, "fallaron los frenos", pero ¿será verdad que los frenos, dejan de funcionar antojadizamente? La respuesta es no; estos sólo fallan repentinamente si una piedra muy grande u otro objeto de grandes proporciones, rompiera el cable que conduce el líquido de frenos o el aire; según el sistema que utilice el camión y al pisar el pedal para detenerlo, se escape el vital elemento, causando la pérdida de su capacidad de frenar, de lo contrario, sería la consecuencia de un inexcusable descuido tanto del dueño del camión como del conductor, quienes están obligados a revisar periódicamente, el líquido en el cilindro maestro y si éste bajara su nivel en forma anormal, significa que existe un escape peligroso, lo que amerita una revisión inmediata, de todo el sistema hasta detectar la falla y corregirla; el pedal es, adicionalmente, otra forma de detectar las deficiencias del sistema de control de velocidades, pues, si éste está muy bajo, sólo hay dos cosas que lo explicarían, necesidad de llenar el cilindro maestro o las bandas de frenar están gastadas, como se quiera analizar, con un buen y responsable mantenimiento, es prácticamente imposible que un vehículo, no importa su tamaño o capacidad, se quede sin frenos de forma súbita.
Cada vez son más frecuentes los accidentes de conductores de autos, contra mulas y/o camiones, estacionados irresponsablemente en lugares oscuros, sin luces o material reflexivo que adviertan, desde una distancia prudente, a los que transitan de noche por esas vías. Existen leyes y reglamentos que obligan a los dueños de vehículos comerciales a guardarlos en lugares apropiados, mantenerlos en óptimas condiciones mecánicas y bajo el cuidado de conductores responsables.
Las revisiones anuales de todo vehículo a motor, desafortunadamente, no llenan su cometido; por un lado, porque el revisado se puede comprar, sin pasar una inspección responsable, y por otro, una vez al año, no garantizan, aún los que cumplen con un revisado a conciencia, el óptimo funcionamiento del automóvil. Lo único que puede contribuir a disminuir los accidentes, es una responsable aplicación de las leyes y reglamentos por las autoridades correspondientes, y la madurez de los conductores en comprender que un vehículo en buen estado mecánico, es su mejor contribución a su seguridad y la de sus seres queridos.
Los accidentes, en un alto porcentaje, se pueden evitar pero se requiere que todos respetamos los reglamentos, las leyes y el derecho de los demás; que las autoridades del Tránsito estén alerta para sancionar a los irresponsables que hacen mofa de todo lo instituido. Por nuestro propio bien, seamos responsables en el manejo y en el mantenimiento de nuestros automóviles. |