FAMILIA
El Desarrollo y la presión
de grupo
Joaquín A. Arias E.
Presidente Pro Vida
El joven como ser social
necesita de un grupo, que le permita desarrollarse en el ámbito de
la comunicación, la cooperación, la negociación y el
respeto a las leyes de la sociedad; el joven necesita aprender a resolver
los diferentes tipos de conflictos que se le presente, y a la vez, le permita
sentir el reconocimiento y la aceptación de los demás. El
grupo sin embargo, puede también proporcionar experiencias negativas
si en él actúan fuerzas que perjudican el proceso individual
de autonomía del joven. La influencia positiva o negativa, que ejerza
un determinado grupo sobre sus miembros, se denomina Presión de Grupo.
Este tipo de presión actúa en el individuo para que este se
comporte de acuerdo a lo que otros piensan y desean. Esto es especialmente
notable en la adolescencia, tiempo en la cual disminuye la importancia del
núcleo familiar y se entra en una fase en la que las relaciones sociales
fuera del hogar son muy intensas para estos jóvenes. Es un momento
en la vida del adolescente de grandes cambios, destrucciones y construcciones.
Definitivamente que aquí empieza la última etapa en la construcción
de la conciencia, la ideología, la vida afectiva y la escala de valores.
Si el joven encuentra una buena comprensión en sus padres frente
a esta nueva situación de cambio, de por sí muy natural, sabrá
dar a cada ambiente, a su familia y a sus amigos, la atención que
se merece cada uno.
Diferente es el caso en el que los padres tienen continuos reproches
contra los cambios presentados por el joven, contribuyendo así a
que el individuo se aleje más de la familia y busque a sus amigos
de la calle con mayor intensidad, recibiendo con más facilidad las
influencias de éstos, que las de su hogar. En el grupo de amigos
el joven encuentra a sus iguales; ellos captan sus ideas, se identifican,
son sus confidentes, consejeros y modelos a imitar; con los cuales comparte
sentimientos, emociones y experiencias. En síntesis al insertarnos
a un determinado grupo, aprendemos y hacemos lo que nos dará aprobación
social, es decir, lo que mantendrá una actitud favorable del grupo
hacia nosotros.
En el transcurso de la vida se nos presenta diversas experiencias de
todo tipo y es sumamente necesario que el joven de hoy desarrolle la capacidad
para decir sí cuando debe, pero también decir que NO frente
a las distintas presiones negativas que el grupo pueda ejercer sobre él,
y esto no es fácil, el joven debe desarrollar ciertas cualidades
como poseer libertad de expresión para poder manifestar lo que siente,
se piensa y se desea. Poder comunicarse con personas de todos los diferentes
niveles; extraños, amigos, y familiares, manteniendo siempre una
comunicación abierta, directa, franca y moderada. Hay que aceptar
las limitaciones, entendiendo que no siempre se puede ganar sin dejar de
tratar, fijarse metas y luchar por ellas.
Es importante reconocer que todos tenemos derechos por los que debemos
luchar. De no hacerlo, alguien lo hará, otros serán los que
definan el papel que debemos asumir. Todo individuo tiene derecho a ser
juez de sus propias acciones, pensamientos y emociones, eso sí, tomando
responsabilidad de sus iniciativas y sus consecuencias. La claridad y aplicación
de este derecho evitará que los demás lo manipulen, manejen
a su antojo, violen su dignidad y respeto individuales. Tenemos derecho
a decir NO, a decir NO SE, y no gustarle a todo el mundo. Como seres humanos,
tenemos derecho a cambiar de parecer, ninguno de nosotros es constante ni
perfecto. Es importante reconocer que hay opciones favorables en situaciones
determinadas, pero perjudiciales en otras; por esta razón, y en beneficio
del bienestar y felicidad personal, ubicarse en la realidad firmemente,
aceptando el cambio de decisiones opiniones o criterios, debe considerarse
como saludable y normal.
La conducta nuestra, está determinada por pensamientos y sentimientos
conscientes, pero también por la influencia inadvertida de experiencias
y sentimientos del pasado que influyen directamente sobre nuestras actitudes
agrados y desagrados. Estas conductas afectada además, por deseos
profundos de obtener de los otros aceptación, reciprocidad, reconocimiento
y seguridad, así como también por el afán de ser protegido,
valorado y de sentirse integrante de un grupo en especial. Existen presiones
negativas que confunden y hacen sufrir, también hay presiones positivas
que hacen sentir feliz y satisfecho al joven; en un grupo se dan ambas,
cada joven debe estar atento a saber medir las consecuencias de lo que hace
en su grupo.
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