A la vista de cualquier persona lo feo de los carnavales fueron los actos en donde las chicas se "meneaban", sin ningún reparo, en las tarimas.
Lo peor, muchas veces lo hacían por amor al arte y con el propósito de que los hombres le gritaran todo tipo de improperios. Pero ellas no eran las únicas, pues hasta se pudo observar a niños realizando pasos eróticos con personas adultas. Se hace el llamado a la cordura.
Lo cierto es que cada persona es responsable de sus actos.