La unión conformada por Vicky Zulay Marín Prado, de 21 años, y Euribiades Joel Domínguez, un trabajador de la construcción de 24, parecía como ideada por los mismos ángeles. Caminaban agarrados de la mano y no escatimaban esfuerzos por demostrar lo mucho que se amaban.
Nadie se explica cómo la relación terminó en un homicidio.
Doña Hilda Prado, madre de Vicky Zulay, asesinada por su esposo de una cuchillada en el abdomen, reveló que la pareja regresó el lunes de Carnaval de participar en un culeco en Agua Buena, de Chilibre.
Cerca de las 9:00 p.m., de forma sorpresiva, Vicky se levantó y le solicitó a una hermana que la auxiliara porque estaba herida. Un atribulado Euribiades sólo atinaba a decir: "Yo no le he hecho nada, ella es la mujer de mi vida", y se sumergió después en el llanto sin dar otra explicación.