La isla de Taboga nunca ha dejado de ser inspiración para los poetas del amor y para las jóvenes parejas soñadoras que escriben en sus playas la historia de su romance. Sus arenas guardan por instantes los nombres, pero las olas lo hacen desaparecer. Esta vista fue tomada el 26 de marzo de 1978, fecha donde seguro alguien contestó un sí a la pregunta: ¿Quiere ser mi esposa?