Las ciudades de Panamá y Colón se convirtieron en campo de batalla entre obreros y antimotines, con un saldo de heridos de balas y piedras, de 200 a 300 personas fueron detenidas y se dio un caos vehicular.
Fue una violenta jornada de protesta por el asesinato del sindicalista Al Iromi Emoir Smith por parte de un policía "lince".
En Colón, el cuartel de Policía del área de Los Lagos, donde tenía su vivienda Smith, fue atacado por residentes y varios policías resultaron heridos de disparos, al igual que una mujer.