El tema de la seguridad se ha convertido en un punto resaltado en rojo en las agendas, porque ahora no solo se contempla como un asunto relacionado con las capas populares, sino que roza ya los ámbitos empresariales y los entornos de las familias acaudaladas. Ya no es una ola, sino una marejada incontenible.
Sin embargo, la reciente reunión sostenida hace poco en el Palacio Presidencial, donde se elaboró un plan de Seguridad Nacional, pudiera dar una solución práctica a este problema.
Estuvieron presentes en ese encuentro la Corte Suprema de Justicia, el Ministerio Público y el de Gobierno y Justicia. Los representantes de estas entidades, han concluido que el problema debe ser contemplado de una manera integral, ya que de nada sirve que la Policía efectúe su trabajo si la justicia no acciona sus engranajes.
El problema de los crímenes y la violencia no pertenece únicamente a la Policía ni al Gobierno. En la situación actual es un asunto que debe incorporar a todos los sectores de la sociedad para cerrar filas y hacer un frente común que nos devuelva la tranquilidad.
Las estadísticas indican que los actos delictivos han crecido un 28%, según las autoridades. Hemos leído que cada hora se producen 3 actos criminales.
El asunto adquiere una mayor relevancia al hacer frontera con Colombia, una nación grandiosa, pero con uno de los más altos índices de criminalidad del mundo. Desde allí llegan novedosas formas de delinquir y todo tipo de negocios ilegales.
Por eso creemos que la solución ha de provenir de un componente multilateral, con asentamiento en el país para que las demás naciones acometidas por un problema similar realicen sus aportes y en conjunto podamos enfrentar con éxito a los grupos organizados del crimen.
Lacriminalidad debe ser combatida de manera colectiva por todas las fuerzas de la sociedad. No es un asunto de presionar solo a las autoridades, ni de darle un matiz político, sino de establecer un acuerdo nacional para frenar esta escalada.