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Caracas se volvió a estremecer: un desconocido coronel de la Fuerza Aérea Venezolana desafió el férreo control militar de Hugo Chavez y pidió su renuncia como mandatario del país sudamericano, porque no hay democracia.
Pedro Soto llamó a las masas y, en una efímera reacción popular, la gente salió a las calles. Resulta raro que este movimiento aparezca de la nada, a pocos días de ocurrir discrepancias entre Washington y Caracas, sobre la forma como Venezuela hace sus relaciones exteriores con los países que Estados Unidos llama "Estados del Eje Maligno".
El universo hispano que conocemos como América Latina, vive una difícil etapa. Y no solamente Venezuela esta en crisis, pues otros países emblemáticos de la democracia capistalista, están al borde del desastre social.
Argentina esta envuelta en la vorágine de una posible revolución social y su gobierno es impopular ante la clase media. El "cacerolazo" se ha vuelto la forma de protesta.
Colombia no duerme por la guerra interna no declarada, ya que los subversivos y el ejército hacen de los pueblos el campo de batalla de la lucha política. Preocupan también los casos de secuestros, asesinatos y corrupción gubernamental en Brasil, Bolivia, México, Paraguay y Perú.
Los gobiernos electos democráticamente no responden a las masas populares. Los partidos políticos y la burguesía comercial domina a los países, haciendo venia a la globalización.
¿Será acaso que debemos rescatar los proyectos revolucionarios sociales, para defenestrar las dictaduras económicas latinoamericanas? Eso parece el norte, pues el ejemplo argentino cayó y es posible que se transforme en un país socialista, aunque le duela mucho a Washington y a las instituciones financieras internacionales. |
