Son todo un símbolo de elegancia y feminidad. Los zapatos y sandalias de tacón elevado son algo que adoran la mayoría de las mujeres. Hacen que las piernas se vean más esbeltas y bonitas.
El tacón alto, ya sea de aguja, cuadrado o de las infinitas formas que existen en el mercado, es un complemento exquisito para la ropa y accesorios del vestir. Pero su uso con mucha frecuencia es bastante nocivo para la salud y puede provocar serios problemas.
EN OCASIONES ESPECIALES
Este tipo de tacones pueden llegar a ser una tortura si se utilizan durante largo tiempo.
Si son angostos en la punta pueden producir dolor, deformación del pie, malformaciones en las piernas y problemas circulatorios, aparte del cansancio físico.
Por ello, los especialistas aconsejan utilizarlos en ocasiones especiales y nunca todos los días.
Se recomienda evitar estos zapatos si hay que realizar actividades que requieren estar parada o en pie. En general, los médicos aconsejan utilizar una altura entre dos y tres pulgadas para uso cotidiano.
Es importante también seleccionar el tamaño correcto, acorde con la anatomía del pie y la longitud de las piernas. Un calzado adecuado y cómodo redunda en el bienestar físico y no produce hinchazón.
Los zapatos altos cerrados son mejores que las sandalias abiertas, puesto que los tacones ofrecen un mayor equilibrio y apoyo.