TEMAS DE ACTUALIDAD
Urge un adecentamiento

Belisario Herrera A.
Abogado y periodista
Algunos izquierdistas de fachada, ya que por la vida opulenta que han llevado, hace tiempo el viejo tono revolucionario ha devenido en un refinamiento, amanerando los términos a que acuden en sus exposiciones, sea en la literatura, el periodismo o bien en los eventuales momentos en los que articulan oralmente, pero qué temperatura humana se pude sentir al estrechar la mano de aquel que se enmarca en estas reveladoras cualidades, sino la mera frialdad por haber cancelado en su espíritu, viejos ideales de redención social. Estos elementos que aún les queda algún resabio de las largas lecturas de los grandes redentores mundiales, en que quizás su primer libro fue "La Madre" de Máximo Gorki, se sienten obligados a tratar la suerte de los desheredados de la fortuna, pero me imagino tapándose las narices, acudiendo a un lenguaje alambicado o de distracción, tales elementos son hartamente conocidos en todas las épocas, son los mismos que en los momentos más serios en que se trataba la problemática social, se encargaban de calentarle los oídos a la amiga más cercana, inventando un enamoramiento y marginándose en consecuencia de los asuntos que estaban en el orden del día. Son los mismos que después se apropiaban de los fondos de las organizaciones, fueran estas cívicas, sindicales o políticas para desbordarse en francachelas. Esta misma gavilla fue la que escaló altas posiciones durante el proceso torrijista, saltando de los cuartos de madera o modestos apartamentos, a los lujosos condominios y tuvieron como vecinos a los de su propia cofradía, pero si esa es la tragedia que nos agobia, cuyos efectos deleznables se hacen sentir pos invasión yanqui a nuestro país, no menos descarados resultan los nuevos ricos que pululan actualmente por todas las instancias gubernamentales y quienes pregonan por todos los medios que ahora sí se vive en democracia y un chusco el otro día pregonaba en un transporte público si se podía ir al mercado a comprar democracia. No faltan los cínicos actualmente que para oponerse a la Carta Pastoral de la Iglesia Católica nuestra, enfáticamente manifiestan que no existe la corrupción. Claro que ella no es de ahora, ella es de arrastre, pero quien sufre sus efectos directamente es el pueblo panameño. Es cierto que eventualmente surge algún decreto contra el desgreño administrativo y la gente común se sonríe con toda razón cuando se dice que los recursos del Estado no serán empleados en asuntos particulares, como el uso de carros oficiales, cuando diariamente se les observa en asuntos particulares. Este estado de cosas no puede recaer sobre determinadas personas únicamente cuyas riendas oficiales están en sus manos, es responsabilidad de todo el andamiaje gubernamental, cuya responsabilidad está compartida por todos los que gobiernan, pero que urge que la actual mandataria, señora Mireya Moscoso asuma el liderazgo que la historia demanda y aún desde su convalescencia, implante el adecendamiento en nuestro país.
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