Suicidio sin causa

Hermano Pablo
California
Era un maletín negro, con cierre de seguridad. Alessandro Caplazi, joyero italiano residente en Dallas, lo aferraba en su mano derecha. Contenía cien mil dólares en joyas. Pero al salir a la calle, alguien le dio un empujón y un fuerte golpe en la espalda. Cuando se repuso de la sorpresa, ya no tenía el maletín en la mano. Esto le causó una depresión profunda. Cien mil dólares no es poco dinero. Pocos días después, llevaba otro cargamento igual de joyas en su auto. Por una inexplicable confusión, el hombre creyó que alguien le había robado el auto junto con el segundo maletín de joyas. No pudiendo soportar dos perdidas iguales, se subió al tercer piso de un hotel y se arrojó al vacío. Lo cierto es que su auto no había sido robado y las joyas estaban intactas. No había razón para el suicidio. No existía ninguna causa. «Suicidio inútil» fue como lo calificaron los diarios que dieron la noticia. He aquí un hecho triste que lo deja a uno molesto y apenado. Un buen hombre que se dedica a la profesión de joyero pierde cien mil dólares en un robo. Eso lo deprime mucho. Pocos días después, cree ser víctima de un segundo robo. La carga se hace demasiado pesada. En un rapto de desesperación, se quita la vida. Pero no había razón, no había causa verdadera. Fue un suicidio inútil, según los diarios. Sin embargo, ¿acaso hay algún suicidio que sea útil? Suicidios con causa pueden haber, aunque nunca la causa de un suicidio es suficiente para justificarlo. Pero, ¿un suicidio útil? ¿Cuándo, para qué y para quién resulta útil un suicidio? Alguno dirá: «Útil para el que se suicida, porque escapa a los problemas que lo agobian». Pero no hay nada más falso que este razonamiento. Porque el suicida lo único que hace es atar las manos de Dios, que podría haberlo ayudado aun en el último instante, y de todos modos el suicida resucitará algún día para enfrentarse a sus problemas y a su destino eterno. No, no hay suicidio que sea útil, como no sea útil al diablo. Todo suicidio es inútil: para el hombre, para su familia, para la sociedad. Lo que es útil es el triunfo sobre la depresión, la desesperación y las ideas suicidas. Lo que es útil, inmensamente útil, es la victoria moral que significa no quitarse la vida, sino buscar en Cristo la solución al problema que agobia. Cristo puede dar la victoria aun en el último minuto.
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